Mosul podría convertirse en los próximos días, tal vez horas, en una de las emergencias humanitarias del año. Entre 1,2 y 1,5 millones de iraquíes, 600.000 de ellos niños, están atrapados bajo el control de Estado Islámico, y en peligro debido a la inminente operación militar que se planea llevar a cabo para recuperar el control de esta ciudad del norte de Irak, según alertó el pasado jueves Save the Children. Por ello, la ONG ha reclamado que se dispongan corredores humanitarios y otras medidas de protección civil para que las familias enteras que quedarán atrapadas, en el fuego cruzado, expuestas a francotiradores, a minas terrestres o a ser capturadas o ejecutadas por los combatientes de Estado Islámico, puedan escapar por vías seguras.

Callejón sin salida

"Para las familias es imposible tomar una decisión. Si se quedan, sus hijos pueden quedar atrapados en medio del conflicto y llegar a quedarse sin comida y medicinas. Y si deciden huir, tendrán que enfrentarse a los disparos de los francotiradores y a las minas terrestres", ha denunciado el director de Save the Children en Irak, Maurizio Crivallero. "Si solo contásemos el número de niños que están en grave peligro en este momento, estos llenarían una ciudad del tamaño de Manchester", ha subrayado. "Mosul es una ciudad llena de niños y la comunidad internacional debe hacer mucho más para asegurarse de que están seguros. Si ignoramos esta tragedia, cientos de miles de niños pagarán por ello", ha advertido. La ONU y las agencias de ayuda humanitaria se están preparando para un éxodo repentino de la ciudad de hasta un millón de personas, una de las respuestas humanitarias más difíciles en los últimos años. Sin embargo, la ayuda humanitaria es insuficiente, del llamamiento de ayuda que ha hecho Naciones Unidas, solo se ha cubierto el 48 por ciento, ha lamentado la ONG.