Acostumbrados como estamos a que todas las novedades tecnológicas relacionadas con la conquista del espacio sean artefactos lanzados a las estrellas, el radio telescopio recientemente inaugurado en China nos muestra otra faceta de esta carrera.

500 metros de telescopio

Y lo hace a lo grande, pues el radio telescopio FAST mide nada menos que 500 metros de ancho. De hecho, esto le da parte de su nombre, pues en inglés, la denominación es Five-hundred-meter Aperture Spherical Telescope. Esta increíble obra de ingeniería iniciada en 2011 se ubica en la depresión de Dawodang, en la provincia de Guizhou. El telescopio consiste en un reflector cóncavo construido con 4.500 paneles de aluminio perforado sobre el que se suspende, nada menos que a 140 metros, un receptor de ondas de radio de 33 toneladas de peso. Con estos instrumentos es capaz de detectar frecuencias de onda a las que no afecta la atmósfera terrestre y podrá escanear emisiones de distancia dos veces más lejanas que las de su predecesor, el radiotelescopio de Arecibo, en Puerto Rico, con entre cuatro y cinco veces más sensibilidad.

Señales cósmicas de vida inteligente

Aunque FAST captará señales cósmicas que podrán analizarse para entender mejor la composición, movimiento y cambios de diferentes cuerpos celestes, los científicos chinos esperan que sea la puerta para algo mucho más cautivador: la posibilidad de captar por primera vez señales de vida inteligente más allá de nuestro planeta. Desde hace décadas tanto científicos como aficionados, se afanan en recabar datos y analizar miles de señales de radio en busca de un patrón que permita establecer la procedencia inteligente de las ondas. Ahora, esas señales llegarán con más claridad y, sobre todo, en mucho mayor número, lo que tiene a los especialistas con el alma en vilo.

El coste humano

Pero no todo es emoción sobre este nuevo ejemplo de la capacidad de la ingeniería humana. Como ya ha ocurrido con otras ciclópeas obras en China, miles de familias se han visto obligadas de abandonar sus hogares para dejar sitio al radiotelescopio. Se estima que casi 10.000 personas fueron obligadas a dejar sus casas en beneficio de esta búsqueda de vida alienígena. La agencia de noticias estatal anunció la reubicación de más de 2.000 familias que vivían en un radio de cinco kilómetros de la zona elegida para construir el telescopio. La razón es garantizar que la falta de población en las cercanías creará el mejor entorno para captar sonidos electromagnéticos, sin interferencias humanas. Cada familia recibió el equivalente a 1.700 euros como compensación.