Wa Habibi es el nombre de la exposición, pero podría llamarse Humanidad Muerta. Porque al otro lado de las fotos de Carole Alfarah, nos encontramos impasibles, casi inertes, ante el espectáculo diario de una guerra incomprensible —si es que alguna lo ha sido— el resto del mundo. No hay día que los noticiarios no muestren imágenes del terror en su país, o de los que huyen del mismo y, sin embargo, la obra de esta fotoperiodista conmueve ante la terrible evidencia de que aquellas fotografías que encontramos bellas y consideramos arte, no son ficción. Impactan y mucho sus dos montajes, las fotos y postales convertidas en escombros o los sacos terreros sobre los que el espectador puede escuchar la voz de la artista en su vídeo. Aunque, de nuevo, nos invade la desazón al preguntarnos si aquello en lugar de hacernos vivir la realidad, lo convierte en otra experiencia multimedia más que se esfumará en cuanto salgamos al exterior y paseemos, seguros en nuestro exilio ético occidental, por el Retiro. [caption id="attachment_5735" align="alignnone" width="550"]©Leequid ©Leequid[/caption]

Carta de la fotógrafa al espectador.

Mi nombre es Carole Alfarah. Nací en Damasco y he vivido allí desde julio de 1981 hasta diciembre de 2012. Inicié mi carrera en 2008 como fotógrafa editorial y documental independiente, una profesión poco común entre las mujeres de la sociedad siria. He orientado mi interés y dedicación a contar historias de hombres y mujeres marginados en mi país. Escogí el papel de mensajera con el fin de difundir la voz de personas y temas silenciados.
Cuando estalló la guerra en Siria, no cambié mi posición y permanecí del lado de la gente. De aquellos que quedaron atrapados en la sombra de la guerra. Víctimas silenciosas que se negaron a formar parte de su brutalidad. Gente como yo, que detesta la violencia.
Hice lo que pude para mantenerme fuerte, pero la guerra fue más fuerte que yo. La violencia demencial me obligó a abandonar Siria con mi familia. Fue en la Navidad de 2012; nuestro destino era Barcelona, España. Sólo me trasladé físicamente. Mi alma, mis pensamientos, mi corazón y espíritu quedaron en Siria. Desde que salí de mi tierra, he regresado varias veces por encargo de medios de comunicación y organizaciones no gubernamentales internacionales, hasta mi último viaje en octubre de 2015. En cada visita a Siria, vi cómo cambiaba el rostro de mi país hasta que fui incapaz de reconocerlo. Éste fue el sentimiento más difícil de aceptar. Pero soy fotógrafa, la cámara es mi única herramienta, mi voz. Por ello, he estado documentando la vida durante la guerra, las huellas que dejan los combates, los supervivientes mudos, la silenciosa muerte, los lugares: nuestros hogares, calles, ciudades... Nuestro presente herido y nuestro pasado destruido. Debido a la enorme pérdida causada por el conflicto en Siria, decidí reservar y proteger lo que he presenciado para conservarlo en un proyecto en forma de memoria impresa, la memoria de una vergüenza histórica que debe permanecer viva para siempre. Esta exposición invita al público a identificarse con las experiencias de hombres y mujeres que fueron obligados a sobrevivir y perder una guerra que no eligieron. Carole Alfarah, 2016 [caption id="attachment_5737" align="alignnone" width="550"]Detalle del montaje Wa Habibi (Carole Alfarah) Detalle del montaje Wa Habibi (Carole Alfarah)[/caption]

Fotografié la sangre del suelo sin saber a quién pertenecía

El 6 de enero de 2012, temprano, una enorme explosión sacudió el corazón de Damasco. El ruido se oyó en toda la ciudad. BOOM. Es un sonido que se produce de repente, un sonido terrorífico, ensordecedor, que corta la respiración. Le siguen el miedo, la confusión, el pánico. Cuando llegué, encontré una escena dantesca: cadáveres, restos humanos, charcos de sangre… El olor era espantoso: el hedor de los cuerpos y coches calcinados, de los explosivos. Fotografié la sangre en el suelo sin saber a quién pertenecía.
Era de un rojo intenso. Lo peor es que alguien había tirado una colilla… ¿Es que nuestra sangre ha perdido su valor? (…)
[caption id="attachment_5734" align="alignnone" width="550"]Obra de Carole Alfarah Obra de Carole Alfarah[/caption]

La ética del fotoperiodismo

Fui al al edificio de al lado para tomar una vista general desde la azotea. en el portal, me encontré con una mujer joven cubierta de hollín. Al dirigir la cámara hacia ella, pronunció mi nombre. Era mi amiga Zeina. Me abalancé para abrazarla y se puso a llorar. Me dijo “tengo miedo, Carole”.
Pensé en lo que había estado a punto de hacer. ¿Es ético fotografiar al las personas en una situación tan extrema, cuando lo han perdido todo y solo les queda su dignidad?
Horas después de la explosión, los habitantes de la ciudad intentaron retomar sus quehaceres cotidianos. Pese al intento de continuar con sus vidas, los hogares de todo Damasco estaban heridos y lloraban en silencio. (Texto copiado del panel de la exposición). folleto_wa_habibi-1 Wa Habibi, fotografías de Carole Alfarah. Del 15 de septiembre de 2016 al 20 de noviembre de 2016 Sede de Casa Árabe (c/ Alcalá, 62) De lunes a sábados de 11:00 a 19:30 horas. Domingos y festivos de 11:00 a 15:00 horas. Entrada libre Web.