Los datos sobre el daño que el ser humano está produciendo en el planeta son cada día más alarmantes. Vivimos en una sociedad programada para el consumo y hemos convertido el medio natural en un enorme estercolero en donde ocultamos de nuestra vista toda la basura que ya no necesitamos. El único problema es que cada vez consumimos más, generamos más desperdicios y necesitamos más espacio para nuestros desechos… Nos estamos cargando el planeta.  

Millones de toneladas de plástico en el mar, pronto habrá más que peces

Los números le cortan a uno la respiración. Según los estudios más recientes para el año 2050 habrá más plástico en el mar que peces. Cada año se tiran al mar unos ocho millones de toneladas de plástico, de las cuales 800.000 son redes de pesca abandonadas por los propios pescadores. Casi seis veces la superficie de España. La industria textil es otra de las grandes contaminantes y la contaminación de las aguas producidas por los desechos vertidos al mar está resultando en océanos cada vez más ácidos, una reducción de la biodiversidad a velocidades alarmantes. El informe GEO-5 elaborador por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) alerta de que el coste de la deforestación tendrá, de seguir al ritmo actual, un impacto en la economía mundial muy superior a las pérdidas producidas por la crisis económica en que estamos inmersos. Sin embargo, todas las teorías que hablan de futuro parecen pasar por alto una de las características del ser humano que podrían darle la vuelta a muchos de esos datos y nos ayudaría a imaginar un futuro más prometedor.
Somos una especia caracterizada por nuestra capacidad de adaptación. Somos una especie capaz de tomar decisiones por el bien social y sobre todo, la tecnología está avanzando en direcciones que pueden ayudarnos a cambiar el mundo y el futuro.

Somos una especie caracterizada por adaptarnos al entorno.

Desde siempre hemos buscado elementos en la naturaleza para transformarlos en nuevos productos, adaptarlos e intentar que nos dieran soluciones a problemas que teníamos como las piedras de sílex o el cuarzo nos permitieron realizar herramientas de corte o las pieles, que a parte de darnos abrigo también servían para crear elementos de percusión, con el tiempo descubrimos los metales y aplicamos a estos multitud de formas y usos, aprendimos a reciclarlos y volvimos a crear nuevos productos.... Al final llegamos al plástico y sus derivados, pero esta vez, movidos por la necesidad de consumir que nos enseñan desde pequeños, se ha decidido que el uso del plástico era sólo para una vez, que podíamos deshacernos de el escondiéndolo en nuestras bolsas de basura, lanzándolo al mar como si fuese una papelera gigantesca que hace que todo desapareciera... Por fortuna, la sensibilidad de muchas personas hace que volvamos la vista atrás y empecemos a plantearnos que hay multitud de productos que pueden tener una nueva vida, un nuevo uso y que su destino no es el vertedero o el fondo de nuestros océanos, a esta sensibilidad le ponemos una etiqueta #upcycling una forma actual de definir un proceso que en realidad, llevamos realizando desde hace muchos siglos.   Upcycling

Upcycling: Nueva vida para botellas, muebles, ropa y casi cualquier objeto

Podemos dar nueva vida a las botellas de cristal como hacen en lucirmas.com, libros, muebles viejos, ropa, maderas de almacenaje...cualquier producto con creatividad puede ser llevado a un nuevo uso, recuerda que el límite lo pones la practicidad y el diseño. Siempre es bueno encontrar fuentes de inspiración y esta la encontrarás en páginas web como instructables.com o upcyclethat.com o en empresas como TerraCycle.com que llevan el Upcycling un paso más lejos pues han desarrollado productos a gran escala y que se comercializan en grandes cadenas y supermercados o empresas como Sea2see.org que utilizan plástico procedente de las redes de pesca abandonadas en el mar para producir una gafas de diseño que fabrican en Italia con resultados espectaculares.
Sea2see se puso en marcha a través de una campaña de crowdfunding en Kickstarter, que recaudó 50.000 euros. Su objetivo es luchar contra la contaminación marina, concretamente trabajan para limpiar los océanos de las redes de pescadores que suponen12% de todo el plástico que contamina al mar.
Su modelo se ha convertido en un referente entre los proyectos basados en la llamada economía circular, fundamentada en la interrelación entre la sostenibilidad y la economía, y cuyo su objetivo es que los productos creados se mantengan operativos el mayor tiempo posible y que se reduzca al mínimo la generación de residuos. Esta nueva economía es una de las iniciativas prioritarias para empresas e instituciones y forma parte de la ruta que Europa estableció en su estrategia 2020, desde dónde se pretende crear un crecimiento inteligente, sostenible e integrador. [caption id="attachment_7357" align="alignnone" width="550"]Upcycling ©see2see[/caption]   Otra ejemplo de empresa en la economía circular lo encontramos en la británica Elvis&Kresse que utiliza desechos industriales para hacer productos de lujo y en sector mobiliario encontramos ejemplos como el del diseñador británico Stuart Haygarth que ha ideado un candelabro con mil pares de gafas.  

La moda y el upcycling

Y el sector textil no se queda atrás, hay innumerables propuestas centradas en upcycling textil como recovertex.com empresa dedicada a la recuperación de fibras y la reutilización de estas para la producción de nuevas prendas con el importante ahorro en consumo de agua y de productos químicos, pero otras empresas de upcycling textil se centran en crear nuevos productos a partir de los tejidos existentes como hacen en upcyclingbarcelona.com dónde dan formación y cabida a nuevos creadores o Ecoalf una compañía que ha desarrollado una interesante propuesta de ropa para hombres, mujeres y niños con materiales que aparentemente son desechos como las redes de pesca, botellas de plástico, neumáticos...también diseñadores como Clara Mallart que apuesta por conceptos como Upcycing, sostenibilidad y moda.
Démosle la vuelta a la contaminación. Vivimos en la era de la información, no podemos decir que no está a nuestro alcance encontrar la forma en la que reutilizar lo que consumimos.

Solo nos queda un ingrediente en esta receta para un futuro optimista: la educación.

Aunque el hablar sobre programas y proyectos de sensibilización y formación en responsabilidad medioambiental da para un articulo completo, lo más importante en este camino es añadir a nuestro día a día un poco de curiosidad, de visión global del impacto de cada uno en el mundo, un poco de serenidad en el consumo y un poco de respeto hacía los otros habitantes de este planeta y podremos mirar al futuro con otros ojos. ¿Te atreves?