Quizás sea una revelación de Perogrullo, pero Francisco Granados acaba de admitir que el millón de euros escondido en un maletín en casa de sus suegros es suyo y no fue un olvido de algún empleado millionario de Ikea o de generosos fontaneros.

El que fuera hombre de confianza de Esperanza Aguirre y considerado cabecilla de la trama Púnica, por lo que lleva dos años en la cárcel de Estremera que él mismo inauguró como consejero de Justicia de la Comunidad de Madrid, ha registrado un escrito en la Audiencia Nacional donde dice que los 922.000 euros son suyos y forman parte del dinero que tenía en cuentas suizas.

Granados intenta así demostrar que no cuenta con “una gran cantidad de dinero oculto”, como defiende el juez Eloy Velasco para negarle su puesta en libertad y mantenerle otros dos años más en prisión preventiva.


El dinero encontrado en casa de los suegros de Granados.

Según el escrito de Granados, el único dinero que ha ocultado es el que tuvo en una cuenta en Ginebra que abrió mientras aún era empleado de banca y todavía no había entrado en política. Además, señala que cerró dicha cuenta “voluntariamente” porque creía que “no era compatible con el ejercicio de un puesto político de cierto relieve en Madrid, dentro de la Comunidad". Granados también asegura en su escrito que el dinero se lo cedió a David Marjaliza, el otro líder de la trama, quien se “lo reintegró en España”.

En su día, los suegros de Marjaliza fueron interrogados como imputados por el juez y la explicación que dieron al maletín encontrado en su casa es que en dicho domicilio había entrado muchas personas, como ladrones, “los de Ikea” y algún “fontanero”.