Cortarse las mangas. Una acción tan banal como esta ha puesto de nuevo sobre la mesa la politización del deporte, y más concretamente, del fútbol. La última polémica en la que se ha visto envuelto Gerard Piqué, al que acusan falsamente de haberse amputado los colores de España de la camiseta, ha despertado todo tipo de reacciones. Muchos son los sectores, entre otros el Gobierno, que han pedido la despolitización del deporte, pero parece que la política se resiste a replegarse.

La vicepresidenta en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría, admitió el pasado mayo -tras la prohibición, en un primer momento, de esteladas en la final de Copa del Rey- que el fútbol se había politizado en exceso: “Se trata de politizarlo todo, cuando lo que habría que tratar es de disfrutar de un partido de fútbol". Y es que, a pesar de que tanto el Ejecutivo como organismos europeos tales como la UEFA, e incluso desde el propio sector del deporte instan a dejar a un lado los asuntos políticos, el día a día demuestra que están estrechamente ligados.

A falta de esteladas... banderas escocesas

Los seguidores del FC Barcelona entraron en cólera al conocer que la Justicia no les permitía acudir a la final de la Copa del Rey de la temporada 2015, celebrada en el Vicente Calderón, portando las famosas banderas esteladas que inundan el Camp Nou cada domingo. La delegada del Gobierno en Madrid, Concepción Dancausa, argumentó que el fútbol no debe "ser un escenario de lucha política". Finalmente, el Contencioso-Administrativo número 11 de Madrid levantó el veto. Sin embargo, organizaciones catalanas se movilizaron con ideas tan llamativas como la de repartir 10.000 banderas escocesas para copar el Calderón con dicha enseña, no exenta de significado implícito.

Minuto 17: Independencia

La polémica de las mangas de Piqué viene de lejos. Si se hubiera cortado la camiseta otro jugador (Iker Casillas acostumbraba a cortarse las mangas en sus inicios) no hubiera despertado tanta polémica. Pero Piqué es conocido, además de por ser un grandísimo futbolista, por defender el referéndum en Cataluña. De hecho, muchos le acusan de independentista, a pesar de que ha llegado a publicar fotografías de sus hijos con la elástica roja.

Y es que, el FC Barcelona es el equipo más señalado a la hora de relacionar política y deporte. En el minuto 17:14 de cada partido (en referencia a la caída de Barcelona ante las tropas borbónicas en 1714) el feudo blaugrana clama por la independencia.

Pero no solo son cánticos. Su iluestre entrenador Pep Guardiola, ahora técnico del Manchester City, se ha posicionado en favor del secesionismo catalán en numerosas ocasiones.

Los ultras, fuera de los estadios

Equipos como el Real Madrid, entre otros muchos, han tomado la detertminación de echar de sus estadios a sus ultras. ¿La razón? Tanto la violencia que éstos generan como los símbolos ideológicos que portan. En el caso del club blanco, símbolos franquistas e incluso nazis se dejaban ver cada domingo en el Santiago Bernabéu, así como en las salidas fuera de casa.

Pitadas al himno nacional, banderas secesionistas, multas económicas por portar dichos estandartes, símbolos ideológicos... Muchos son los ejemplos que demuestran que, a pesar de los esfuerzos de algunos sectores por separar lo deportivo de lo político, lo cierto es que día sí día también se observan expresiones que poco o nada tienen que ver con lo deportivo.