El acuerdo se había comenzado a negociar días antes de la convocatoria del Comité Federal por parte de Pedro Sánchez. En realidad se precipitó tan pronto como el que, desde el sábado, es exsecretario general hizo el movimiento desesperado, el órdago de convocar primarias y Congreso a primeros de diciembre.

“Fue la confirmación de lo que nos estábamos enterando por medio de los otros partidos, no de nuestro propio dirigente: que se estaba negociando lo que se ha llamado gobierno Frankestein, a espaldas del partido”. Son palabras de una histórica dirigente socialista a ELPLURAL.COM. La aceleración de este proceso para formar una alternativa que necesariamente tendría que incluir a los grupos independentistas vascos y, sobre todo, catalanes, que se consideró de inmediato una declaración de guerra. La gota final.

"Todo ha sido muy jodido"

Como contamos en este periódico el jueves, en la búsqueda de alguien de consenso, de alguien que no pudiera verse con desconfianza e inatacable, muy pronto Javier Fernández se convirtió en el hombre de la gestora, el único hombre que podía asumir el cargo por razones políticas y biográficas. Y por él apostaron quienes después, durante la celebración del Comité Federal, se demostraron unidos. Aún fuera para esto: Susana Díaz, Guillermo Fernández Vara y Emiliano García-Page. Los tres barones en cuyas federaciones menos quiebra interna había. Algo que no sucedía a otros anti Sanchezistas, el caso de Ximo Puig en Valencia, muy destacado.

Durante la celebración del Comité las situaciones que nos cuentan quienes estuvieron presentes abochornaron a unos y otros: “todo ha sido muy jodido”, resumía horas después uno de los asistentes. Y así, hasta que la escena de ‘la urna’ provocó el final de lo que también han calificado de “tensiones horribles y que provocaron escenas desconocidas en el partido desde el regreso de la democracia”.

Como se sabe, ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo para resolver las diferencias de interpretación de los reglamentos, los seguidores de Pedro Sánchez, “sin que los demás supiéramos para qué, sin lista de votación, sin ningún control” comenzaron a votar.

La urna frente a la lista de la moción

“Les vimos que formaban una cola, con Pedro Sánchez el primero y que se iban por una puerta, por la que se sale hacia el garaje, tras el frontis. Hay allí un cuartito y ahí habían puesto una urna”, comienza a contarnos un miembro del Comité. “Pensábamos que se iban, cuando de repente nos dicen que están votando sin comunicárselo a los demás.., intentando ponernos ante una situación de fuerza”.

Un golpe al que respondieron de inmediato, con otro: un miembro de la delegación andaluza subió al frente y comenzó a llamar a la recogida de firmas para provocar un voto de censura contra Pedro Sánchez y los restos de su ejecutiva. La avalancha de miembros que se acercaron dispuestos a firmar, y a la que se habían sumado antiguos partidarios del propio Sánchez por la maniobra de la urna, quebraron cualquier posibilidad de resistencia última.

Nos cuentan de gritos y situaciones inverosímiles. Por ejemplo, que personas de la organización grabaran a distancia a Susana Díaz mientras hablaba con alguno de los miembros del Comité. Y que después de desactivarse ese voto clandestino, cuando inentó hablar, que a la dirigente andaluza se le cerrara el micrófono hasta que Emiliano García Page, a gritos exigió que se le abriera.

Diecisiete horas sin precedente en el PSOE de la democracia

Tras el clímax de la urna clandestina y la amenaza de la moción de censura, Pedro Sánchez se rindió. Esta vez sí, se marchó de la reunión. “Y el cambio en el ambiente fue inmediato -nos dicen-. Gente incluso de la más afín a él, relajaron el tono. La prueba fue lo fácilmente que se negoció la gestora”.

De inmediato el hombre que había sido elegido, Javier Fernández, por sus compañeros barones de más peso, se confirmó al frente. Y los demás miembros fueron surgiendo con facilidad. “Incluso Miquel Iceta -el líder socialista catalán había sido el más vehemente defensor de Sánchez- cambió radicalmente, y aceptó que cuando acaben el proceso de Congreso en el que están metidos en el PSC, un catalán se integrará en la gestora… Pero también Francina -Armengol, la líder de los socialistas baleares, también muy pro Sánchez- cambió el tono, y los vascos se sumaron a la negociación…”

A las 2 de la madrugada el Comité Federal, que se había iniciado a las 9, diecisiete horas antes, cerraba. Y Javier Fernández, el hombre dialogante estaba ya al frente del partido. Como se había negociado desde días antes.