Acaba de concluir la temporada estival y la potente campaña veraniega del sector hostelero finaliza. En el Hotel Escuela Vistas de Montánchez, sin embargo, el trabajo no cesa porque siempre se divide en dos: el empresarial y el social.

Sus instalaciones, tras varias experiencias empresariales negativas y 3 o 4 años cerradas, vuelven a tener vida. Después de ese tiempo de oscuridad, el Ayuntamiento de Montánchez que tiene la concesión de la propietaria -la Diputación Provincial de Cáceres- propuso a la Fundación para el Emprendimiento, Integración y Formación en Extremadura (FEIDEX) que preparara un proyecto.

“Nosotros planteamos, como entidad social, un proyecto de viabilidad de carácter transversal”, según explica José Félix Miñambres, que desarrolla la idea con Juan Manuel Rodríguez.

En este hotel, además del bienestar del huésped, se preocupan del empleado, no en vano la iniciativa va más allá de la hostelería y se articula “como espacio de formación para poder impartir certificados de profesionalidad en distintas áreas”, además de como empresa de cáterin “para tener una línea más de negocio”.

Inserción sociolaboral

Tras el visto bueno municipal, ambos emprendedores pusieron en marcha la idea apoyada en el concepto de economía social cuyo propósito es la inserción sociolaboral de personas en riesgo de exclusión.

Cabe subrayar que estos dos jóvenes tienen poco más de 30 años, pero su experiencia en el mundo del emprendimiento social se remonta a 2006, es decir, cuando casi nadie prestaba atención a colectivos vulnerables. Aún era época de ‘vacas gordas’.

Uno de los dos emprendedores responsables del proyecto, Juan Manuel Rodríguez, en las cocinas del Hotel Escuela Vistas de Montánchez.

Con esos mimbres, a finales de 2014 se pusieron manos a la obra con el Hotel Escuela Vistas de Montánchez que abrió sus puertas seis meses después de reformas.

El ‘duro’ camino de las empresas sociales

El camino no ha sido nada fácil. “Hemos roto barreras”, reconoce José Félix. Recuerda que antes de esto “nos miraban raro en las instituciones” a las que acudían con sus proyectos de emprendimiento social. “Hasta hace un año, sin ir más lejos, en Extremadura, por ejemplo, no solo no había ayudas específicas para impulsar este tipo de empresas”, sino que “estaban excluidas de las líneas de financiación por estar participadas por entidades sin ánimo de lucro”. Por suerte esto ha cambiado.

El paradigma es este hotel, donde recepcionistas, cocineros, camareros, personal de limpieza, animadores, etc, son personas en tercer grado penitenciario, víctimas de violencia doméstica, jóvenes tutelados por la Junta de Extremadura y parados de larga duración.

Estos hombres y mujeres de 18 a 60 años, que se forman y trabajan aquí, presentan el denominador común de integrar el dramático colectivo de personas en riesgo de exclusión.

Más dificultades

Todos se benefician de un proyecto que, a las dificultades propias de cualquier empresa, añade la consecución del fin social para el que ha sido diseñado.

Como indica José Félix Miñambres, “en todo momento lo planteamos observando el emprendimiento social como una herramienta útil que complementase a muchas entidades y, sobre todo, a muchas personas”.

Al final admite que “es una batalla”. Al rendimiento económico de cualquier negocio se suma “ofrecer, con ese rendimiento, las mayores posibilidades al mayor número de personas”.

Historias personales

De las 39 habitaciones y del resto del Hotel Escuela Vistas de Montánchez se ocupan sus 50 empleados, cada uno con su “pesada mochila” a la espalda. Para uno de sus responsables “trabajar en este ámbito es muy enriquecedor, pero también tremendamente complicado. Te encuentras con historias tremendas”.

No ofrece nombres, seguramente para evitar estereotipos. Sólo menciona a varios chicos que llegaron a España en patera. “Te cuentan su travesía y te haces una idea de lo que han pasado”. Sin olvidar a familias sin ingresos, personas separadas sin trabajo y con hijos... “Las circunstancias de quienes llegan hasta nosotros son muy difíciles”.

Reconocimiento de “la Caixa”

Su labor la ha reconocido la Obra Social “la Caixa” con uno de sus premios de Emprendimiento Social, “algo muy importante”, para Miñambres. Subraya el año “de formación en el IESE Business School”, una experiencia que, entre otras cosas, “nos ha permitido relacionarnos con gente con las mismas inquietudes. Es muy enriquecedor”.

Asimismo, Obra Social “la Caixa” los ha seleccionado para su programa Incorpora, es decir, otro empujón “a la tarea de ayudar a las personas en riesgo de exclusión”.

A estas alturas del año el Hotel Escuela Vistas de Montánchez cumple objetivos. “Igual está mal que lo digamos, pero tras un año y unos meses podemos afirmar que tenemos equilibrio presupuestario y aún falta queda año”. Como emprendedor social ya tiene en mente el siguiente paso: “esto nos garantiza que en 2017 pensemos en ampliar el número de personas a las que ayudar y alcanzar los 75 empleados”.

Qué dirían ahora aquellos que ponían ‘cara rara’ cuando les hablaban de su proyecto.