A contrarreloj, Pablo Crespo y su abogado Miguel Durán protagonizan un desesperado intento de frenar el juicio de la primera época de la trama Gürtel al presentar ayer un escrito de recusación contra el magistrado José Ricardo de Prada al que han acusado a dos semanas de que se inicie el proceso de participar en cursos y conferencias de la Fundación que preside Baltasar Garzón, FIBGAR. Denuncian relaciones de amistad de De Prada con el juez Garzón que descubrió la trama y al que junto a Correa y otros consiguieron inhabilitar. Y aún más utilizan a la hija del magistrado, jurista, en la operación derribo de la Gürtel acusándola de veladas relaciones profesionales con un abogado de la acusación. Todo ello aderezado con la inestimable ayuda del periódico que dirige Eduardo Inda.

¿Por qué José Ricardo de Prada da tanto miedo? “Probablemente como pasaba con Baltasar Garzón porque aplica la ley. Es un excelente jurista que no tiene miedo a nadie ni admite componendas”, manifestaban a ELPLURAL.COM fuentes jurídicas. “Y en una sala en que el presidente y el ponente inicial Concepción Espejel y Enrique López han sido recusados por su proximidad al PP, es posible que haya cundido el temor entre quienes van a ser juzgados al encontrarse a un juez progresista junto a un presidente conservador pero entendido en derecho y un tercer magistrado ecuánime y también buen jurista”.

El intento de recusar a De Prada tuvo un antecedente hace unos meses con un comentario casual y sin que se tomara en cuenta. Se olvidó, incluso. Solo hace un par de semanas ante la inminencia del juicio, al parecer un sector de la defensa de los de la Gürtel empezó a retomar la idea y a dar vueltas al asunto. En contra, la acción se veía apresurada, ya obsoleta y por la imagen que esa desesperada intentona de “eliminar” al juez progresista, podía dar de un juicio “entregado” o proclive a la benevolencia con los acusados y con los testigos del Partido Popular cara al gran público según ha podido averiguar este periódico.

No contrastaron la información

En esta dinámica de acabar con el magistrado entro en juego OK Diario un digital dirigido por Eduardo Inda. En dos sendos artículos el periódico arremetía sin venir a cuento contra la hija de Prada, una jurista y politóloga con prestigio en medios académicos donde se desenvuelve en el ámbito de la investigación y que cuenta con sólida formación. El digital “denunció” con grandes aspavientos que había colaborado con el abogado Gonzalo Boyé quien forma parte de la acusación de este primer juicio Gurtel. Indicaban la relación de Boye con el digital el Diario.es en el que colabora esporádicamente la joven y con el libro denominado Contrapoder del que Boyé formó parte como uno de los cuatro editores que figuran en la contraportada.

“Esta jurista no cobra por sus artículos en El diario.es y no tuvo relación alguna con Boyé para publicar en Contrapoder, una colaboración que tampoco se pagaba. Le pidieron un artículo sobre un tema preciso dos profesores que intervenían en la publicación”, afirmó categórico a ELPLURAL.COM Ignacio Escolar, director de ELDIARIO.ES.

No consta que el digital de Inda haya realizado consulta alguna en este sentido. Fuentes académicas comentan que la joven suele publicar en diferentes proyectos y publicaciones y que sus aportaciones están muy bien consideradas.

¿Problema de comprensión lectora?

Tras esta “brillante” denuncia del medio digital, aún se publicó un segundo artículo titulando que “la hija del magistrado acusaba a la fiscalía de perseguir a ETA” en su escrito publicado en Contrapoder. “El artículo en cuestión se resume en un texto de tres páginas de interpretación jurídica sobre la situación política de Euskadi en la línea de lo que se está analizando en estos momentos allí. La aportación jurídica es necesaria en todas sus vertientes. Y nadie se rasga las vestiduras por eso. Extrapolar acusaciones de ese estilo puede significar que o se busca una finalidad que incluso se podría sospechar espuria o que se carece de comprensión lectora”, manifestó con ironía un letrado a ELPLURAL.COM.

Ambos artículos iban aderezados con opiniones más que arriesgadas sobre la acción del magistrado De Prada, sus puntos de vista y acciones. Un trabajo a destajo para el digital de Inda porque a la vez no hay que olvidar que acababa de publicar otros artículos en los que el PP se basó para recusar a la juez Rosa María Freire, en el caso de los ordenadores de Bárcenas.

Se convertía así este medio en una buena muleta para la formación de Mariano Rajoy cuando, este miércoles pasado en la tarde noche, la defensa de Crespo presentaba en la Audiencia Nacional una recusación contra el juez De Prada. Una acusación de “papel”, armada sobre la base de los dos artículos de OK Diario. Con un añadido definitivo para Crespo considerado en la Gürtel como el segundo de a bordo de Rafael Correa: la acusación de amistad entre de Prada y Baltasar Garzón.

Haya cobrado o no, que se le recuse

Tras explayarse en el supuesto afecto del juez del juicio de la Gürtel hacia el juez que destapó la Gürtel y fue inhabilitado por ello, el escrito de recusación pasa a argumentar que De Prada ha participado en diferentes conferencias organizadas por la Fundación Internacional Baltasar Garzón (FIBGAR) y exige saber cuánto cobró por ello añadiendo “incluso, si lo hubiera hecho gratis et amore, aún sería más evidente y claro ese nexo de amistad”. Es decir que lo de cobrar o no cobrar resulta finalmente lo de menos y todo vale.

La Fundación que preside Garzón emitía esta mañana una nota de prensa en la que se destaca: “Ni en ninguno de los cursos celebrados por la Universidad de Jaén en Torres, organizados por FIBGAR ni en eventos de importancia internacional como el Congreso de Jurisdicción Universal celebrado en Madrid en 2014 y en Argentina el pasado año 2015, FIBGAR ha abonado cantidad alguna a don José Ricardo de Prada quien siempre ha acudido pro bono a estos actos en similar línea a la de la mayoría de los ponentes, expertos internacionales en el ámbito de los Derechos Humanos”.

¿Trabajar por las víctimas sin cobrar?

Concluía FIBGAR que “el magistrado De Prada, Benjamin Ferencz, fiscal de Núremberg; Rigoberta Menchú y Shirin Ebadi, premios Nobel de la Paz; Luis Moreno Ocampo, fiscal de la Corte Penal Internacional; Frank Le Rue relator por la libertad de expresión y una larga lista de juristas y profesionales ha participado en diferentes foros organizados por FIBGAR no por razones de amistad sino por su compromiso en favor de las víctimas y contra la impunidad”.

Cabe la duda de si Pablo Crespo y sus colegas en apuros a causa supuestamente del afecto desmedido al dinero, puedan entender a personas que, como los expertos que cita en su nota FIBGAR, son capaces de dedicar su tiempo y su conocimiento profesional y personal a las víctimas y a la persecución del crimen