Algo ha cambiado en la vida de Rita Barberá. Después de casi tres lustros al frente del Ayuntamiento de Valencia, de su pertenencia a las Cortes Valencianas en calidad de diputada y de su largo historial dentro del PP, Barberá ha cambiado de aires. Lo ha hecho un tanto obligada y a medias tintas. Ha dejado el PP y durante la tarde de este lunes pidió oficialmente su baja del Grupo Popular en el Senado para inscribirse al Grupo Mixto. Aferrada a su escaño como senadora, Barberá es muy consciente de que su incorporación a este grupo parlamentario tiene algunas ventajas.

La principal es que se va a llenar, más aún, los bolsillos. La exalcaldesa de Valencia cobrará 2.300 euros más de lo que recibía como senadora popular. Esto significa que percibirá un salario de casi 7.000 euros al mes. A su sueldo base, 4.635 euros, se le suman 1.822 por ser parlamentaria en la capital pero residir fuera y la parte proporcional que le corresponde del Grupo Mixto.

Este grupo parlamentario recibe mensualmente una subvención de 39.400 euros, a repartir entre todos los senadores que lo conforman, por lo que la entrada de Rita hará bajar los salarios de los parlamentarios del Mixto: al ser más para repartir, tocan a menos. Y esto no hará mucha gracia a sus nuevos compañeros.

No todo es luz y color...

Rita Barberá compartirá bancada con partidos como EH Bildu, Compromís o Convergencia. No será un territorio nada amigable para la exalcaldesa popular. De hecho, en declaraciones a ELPLURAL.COM, Carles Mulet, de Compromís, ya ha anunciado que no la esperan con los brazos abiertos. “No vamos a hacer ningún reparto nuevo [de las comisiones]”. Además, añadió que su incorporación “tampoco puede ir en detrimento de nuestros senadores en cuestión de espacio en los despachos”.

El Grupo Mixto incluso le negó, en primera instancia, un despacho a Barberá, pero no es el único grupo descontento con este aferramiento al aforamiento que te otorga el Senado. Podemos se plantea pedir a la Junta de Portavoces que se le retire el sueldo si no acude a las sesiones, tal y como contempla el artículo 23.2 del Reglamento. Para sacar adelante la iniciativa de los morados, la propuesta tendría que proponerla la Presidencia y la Cámara debe aprobarlo. 

Por su parte, el PSOE también estudia tomar cartas en el asunto y baraja proponer al Pleno la suspensión temporal de la exalcaldesa, que debería ser aprobada por mayoría absoluta.