Jaume Mata ofrece a la fiscalía la cabeza de Arenas para negociar ¿Qué no podrá hacer Rita Barberá? De hecho, ya les advirtió con amenazantes sms’s cuando empezó a sentir que se quedaba sola. Pero parece que su vozarrón y sus advertencias dan menos miedo a sus compañeros de lustros que el desgaste que les está trayendo quien fue nombrada por ellos mismos ‘la mejor alcaldesa’.

Veneno de su propia sangre

¿Qué habrá sentido Rita al escuchar a ‘su’ Isabel Bonig decir este jueves, lastimeramente, que “habría sido mucho mejor” que dejara el acta de senadora? ¿Qué le habrá pasado por su cabeza, tan altiva, a la ya expopular cuando haya oído a la máxima dirigente del que era ‘su’ partido en ‘su’ comunidad, decir que su trayectoria se ha desarrollado “con sus sombras y sus luces”?

Porque eso es lo que ha declarado Isabel Bonig, presidenta del PPCV: “una trayectoria tan brillante como la de Rita Barberá, con sus sombras y sus luces en la gestión, como todo el mundo que ha estado en la gestión, y lo que ha significado, merecía una salida digna”. Y luego la ha rematado sentenciando: “por ella, por el partido, por la situación, pero sobre todo por ella, era mucho mejor dejar el acta (de senadora) que no supone en ningún caso un reconocimiento de culpabilidad, sino simplemente retirarse a defender su honorabilidad”.

La última vez que se vio sola, como apuntamos, Rita desenfundó el móvil y le esemeseó a sus compañeros “Cuidado con lo que decís, recordad por qué estáis ahí”, o “di la cara por vosotros, no merezco esto”. En concreto, a la propia Bonig le envió un mensaje desafiante porque se atrevió a sugerir que Barberá debería explicarse: “¿de qué quieres que dé explicaciones?”. Mensaje para el que Bonig no tuvo respuesta.., o quizás no se atrevió a responder.

Ni digno, ni ejemplar

Cada vez más, sola, con el parlamento valenciano, incluido su ya expartido, pidiéndole unánimemente que deje el acta de senadora (que tiene no por elección de los ciudadanos, sino de Les Corts valencianas) ¿cuál será la reacción de Rita?

Es cierto que nadie de los que se fotografiaban sonrientes con ella, y le levantaban el brazo, los Rajoy, Cospedal, Sáenz de Santamaría y demás, callan. Pero no lo es menos que los altavoces que usan en el partido ladran. Y lo hacen bien alto. Esta vez por boca de Javier Maroto (por cierto, condenado él mismo por el Tribunal de Cuentas por su gestión en la alcaldía de Vitoria).

Y lo han hecho bien duro. “Es evidente -dice Maroto- que no renuncia al escaño para conservar el aforamiento y esa decisión no cumple los requisitos de dignidad y ejemplaridad que deben regir la política, un servicio público”. Y la ha rematado diciendo que “se equivoca, así sólo está prolongando su calvario”.

Rita arrinconada… ¿comenzará a ofrecer cabezas, como Matas?