El Banco Central Europeo (BCE) prevé un crecimiento del 1,7 % este año, lo que supone una pequeña revisión al alza respecto al 1,6 % pronosticado en junio, y del 1,6 % para 2017 y 2018, una décima menos que en junio, ha dicho este jueves su presidente, Mario Draghi, en rueda de prensa.

El consejo de gobierno del BCE mantiene su tasa de interés rectora, la que cobra a los bancos por prestarles a una semana, en el mínimo histórico del 0 %, en un momento de incertidumbre política en Europa.

Los expertos del BCE pronostican ahora una inflación del 0,2 % este año, del 1,2 % en 2017 % y del 1,6 % en 2018, prácticamente igual que en las proyecciones anteriores. Tan sólo se produce una bajada de una décima en la proyección de inflación para 2017 respecto a junio (1,3 %).

Mario Draghi ha explicado que el consejo de gobierno discutió los datos económicos disponibles desde la reunión anterior de julio y también las nuevas proyecciones macroeconómicas, pero que no han debatido ampliar las medidas de estímulo monetario. El banquero italiano ha considerado que el programa de compras de deuda pública y privada "funciona y deberíamos centrarnos en su implementación".

El presidente del BCE asegura que no se han producido cambios suficientemente significativos como para actuar, pero ha manifestado su disposición a hacerlo en caso necesario. Asimismo, ha defendido el bajo nivel de los tipos de interés, que es necesario para impulsar la recuperación económica, y consideró que la capacidad de crear préstamos no está influida por las bajas tasas de interés: "Los tipos de interés tienen que ser bajos hoy para ser más altos en el futuro".