Según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), nuestro país vive la mayor ola de calor que se recuerda en el mes de septiembre: máximas que alcanzan los 45,4ºC. Algo que está muy por encima de todas las que hemos vivido anteriormente. La última fue hace una década, cuando 15 provincias sufrieron las angustias de una temperatura máxima de 36,5 ºC. Anteriormente, tuvimos otra en 1988 en la que se alcanzaron los 38,6ºC. Pero nunca, hasta ahora, habíamos pasado de los 40º.

¿Por qué este calor?

Aunque algunos expertos teorizan con que se trata de los efectos del Niño, no son las voces mayoritarias entre los científicos, que aseguran que es demasiado pronto para 'cargarle el muerto'. Nuestro país ha tenido de visita durante todo el verano un anticiclón que se ha negado (y se niega) a marcharse. Como todos sabéis, estos fenómenos se forman porque la presión atmosférica es más elevada que la del aire circundante. Son los responsables de que hayamos tenido un tiempo más o menos estable, ausencia de precipitaciones y, ante la negativa de irse, este calor insoportable.

Según han explicado desde la AEMET, estas jornadas de calor acabarán en cuanto el anticiclón pierda protagonismo, momento en el este dejará paso al otoño.

¿Cómo es posible si el Sol está más debil que nunca?

Lo cierto es que ambas cosas no son un oxímoron, pero es interesante conocer la salud de nuestro astro rey. Recientemente vino a nuestro país Saku Tsuneta, un astrofísico japonés experto en el tema. Según explicaba en una entrevista a la revista de divulgación científica QUO, el Sol se ha debilitado 10 veces en 10.000 años y, precisamente, en estos momentos, está en una de esas fases.

Los científicos no entienden todavía las razones de estos cambios. Según parece, existe una "estrecha relación entre el número de manchas solares y la temperatura terrestre. Cuanto menos manchas, más baja es la temperatura. Es muy extraño", asegura Tsuneta.

La gran pregunta que queda en el aire es si esta disminución en la actividad solar podría llegar a interferir en los estudios actuales del cambio climático. Para el astrofísico japonés, "el calentamiento global se debe al efecto invernadero". Reconoce que hay personas que pueden responsabilizar al Sol, "pero no estoy de acuerdo con esta teoría. Aunque también quiero destacar que el Sol podría estar afectando de manera significativa nuestro clima y eso no se está teniendo en cuenta aún en las simulaciones medioambientales globales. Como no conocemos el mecanismo de causa efecto, no sabemos cómo hacerlo. Y me pregunto qué pasará con la temperatura cuando volvamos a tener otro mínimo en 20 años. Yo creo que el efecto del Sol reduce 1 o 2 grados la temperatura y eso anularía por completo el efecto invernadero".

¿Podría el propio Sol salvarnos del calentamiento global? El problema es que este descenso en su temperatura es un fenómeno con fecha de caducidad, ya que durará como mucho un siglo según han observado en acontecimientos similares anteriores. Aunque Tsuneta piensa que ayudará, "si controlamos las emisiones en la producción y el calentamiento deja de aumentar, puede que un mínimo de Maunder enfriara demasiado la Tierra. Es decir, si lo hacemos demasiado bien, podríamos tener un problema. Pero si no lo hacemos bien... tendremos problemas más tarde".