El PP es la mayor máquina de poder de España. Poder político, electoral, económico, judicial,  mediático... Con el tiempo ha adquirido la mayor destreza en el manejo de los mecanismos del poder, tanto los legítimos como los demás, y para ello acumula innovación tecnológica y capital intelectual en sus gabinetes.

Rajoy se vanagloria de haber obtenido mayor apoyo popular en las últimas elecciones.
En realidad fue el resultado de aplicar, en las demarcaciones electorales donde baila un diputado, una determinada utilización de las redes sociales y otros medios de comunicación controlados.Así lo hizo Obama en los Estados donde rondaba el empate con su oponente y que, finalmente, cayeron a su favor por poca diferencia.Así lo hizo Obama en los Estados donde rondaba el empate con su oponente y que, finalmente, cayeron a su favor por poca diferencia.
No improvisan. Saben que la actual sesión de investidura no conduce a ninguna parte y que lo ideal es que mañana ya nadie se acuerde de que Rajoy ha perdido; por tanto, perfil bajo y lenguaje cheli en boca del candidato. Mañana comenzará la segunda fase de la operación de presión sobre el PSOE y, al día siguiente de las elecciones vascas, sobre el PNV, cuyo pragmatismo es la auténtica esperanza de los populares.

El PP solo ha perdido una vez el poder, la misma semana de la matanza de Atocha, y por su pésima gestión del atentado. Diez días antes, las encuestas le daban como seguro ganador.
La máquina supera en potencia a las que buenamente puedan habilitar los demás partidos. Y, por supuesto, el sentir popular es una consideración menor que pueden manipular a conveniencia. Si la realidad no les conviene, tienen medios para fabricar una falsa realidad que proporcione los efectos requeridos.
No será fácil pararlos.