La brutal crisis económica que golpeó a España a finales de 2008 pilló a El Corte Inglés con una gigantesca deuda que a punto estuvo de llevarse por delante a la emblemática empresa de centros comerciales. El fallecimiento del fundador, Isidoro Álvarez, provocó el relevo generacional y la presidencia recayó en su sobrino, Dimas Gimeno; una sucesión no exenta de polémica dado que las hijas del fundador quedaban relegadas a un papel casi decorativo. Gimeno afrontó importantes cambios, el más sonado permitir la entrada de otro socio -ajeno a la familia- y además extranjero, el jeque catarí Hamad Al Thani, que aportó 1.000 millones de euros. Fue esta entrada de dinero en julio del año pasado el auténtico balón de oxígeno que evitó la quiebra de la firma, pudiera renegociar y aplazar deuda y afrontar la puesta en marcha del canal de ventas por internet.

Los números

El grupo, que celebra este año su 75 aniversario, aumentó sus ventas en 2015 un 4,3%, hasta alcanzar los 15.219 millones de euros. El beneficio bruto de explotación avanzó un 10,4% hasta los 912 millones de euros, mientras que el beneficio neto se incrementó un 33,9% hasta los 158 millones de euros. La evolución de este indicador mejora con respecto a 2014, cuando cedió un 32%, hasta los 118 millones de euros. Con estas cifras, el grupo cambia el rumbo después de seis ejercicios marcados por el retroceso en las ventas.

La empresa ha reducido su deuda en 1.000 millones de euros gracias a varias operaciones aprobadas este año, como la entrada de un nuevo accionista, el qatarí Primefin, en el grupo, y el programa de pagarés por 300 millones de euros que se lanzó en el mercado de renta fija en enero de 2015. Estas operaciones que buscaban "diversificar las fuentes de financiación y optimizar los costes financieros" han tenido un impacto positivo. A cierre del ejercicio (febrero de 2016) la deuda era de 3.834 millones de euros, frente a los 4.966 millones del año anterior.

Satisfacción del presidente

La compañía considera que el tirón del consumo, la mejora de los indicadores económicos, así como una mayor afluencia del turismo, han ayudado a estos resultados positivos que "permiten afirmar que avanzamos a buen ritmo por la senda de la recuperación", destacó el presidente del grupo, Dimas Gimeno, durante la Junta General de Accionistas celebrada este domingo. “Nuestro objetivo debe ser mantener y acelerar la senda de la recuperación que hemos emprendido y crecer en ventas, en cuota de mercado, en beneficios y en rentabilidad", señaló Gimeno.

En cuanto a la deuda destacó que "la mejora financiera y de resultados operativos de la compañía y la reducción de la deuda llevada a cabo permitirán que al final del año se consiga hasta un 33% de reducción de los costes financieros".

El problema de Hipercor

La cifra de negocio de Hipercor cayó un 10,7%, hasta los 1.402 millones, "por la adaptación de los espacios y departamentos, lo que ha conllevado una disminución de la superficie de venta", explican estas fuentes. También cedió la del área informática (un 3,1%) y su beneficio de explotación cayó un 44%. Fuentes del grupo explican que se debe a "una menor actividad y contratación por parte de las Administraciones Públicas".

La compañía destaca la contribución del grupo a la riqueza nacional y al empleo, con casi 92.000 puestos de trabajo. La plantilla de la empresa aumentó un 0,5% (casi 500 empleos netos), aunque no se incluyen aquí las salidas del plan de bajas voluntarias que se ha puesto en marcha este año y que afecta a 1.300 personas. Además, el plan para la venta de varios inmuebles y locales logísticos y "no estratégicos" sigue en marcha, aunque aún no se ha concretado. De momento no contemplan ni la salida a bolsa ni la apertura de nuevos centros.