El Consejo de Estado de Francia, el máximo órgano administrativo del país, ha suspendido este viernes el polémico veto al burkini que había impuesto la localidad francesa de Villeneuve Loubet. Cannes fue el primer ayuntamiento en prohibir ese bañador islámico que cubre completamente el cuerpo de la mujer y que sus detractores ven como una provocación al laicismo, las normas de higiene y seguridad. Casi la totalidad de municipios de la Costa Azul, junto a otros en el norte del país, se sumaron después a esa prohibición, que en algunos casos fue recurrida por organizaciones como la Liga de Derechos Humanos (LDH) o el Colectivo contra la Islamofobia.

El dictamen emitido por el Consejo de Estado de Francia establece que una medida de ese tipo solo puede justificarse cuando quede demostrada la amenaza contra el orden público, lo que no es el caso. Para el órgano administrativo, ese decreto de Villeneuve Loubet contra el burkini era "una afrenta grave y manifiestamente ilegal contra las libertades fundamentales", que no tiene fundamento y que, por tanto, fue anulada.

"Esperamos que sea el final de una polémica, una polémica esencialmente política", indicó hoy a la salida de la audiencia el abogado de la LDH, Patrice Spinosi.

El Consejo no extiende su fallo al resto del país, pero podría aplicarse cada vez que haya nuevos recursos contra esas prohibiciones, que no mencionan concretamente el bañador islámico pero sí toda prenda que "no respete las buenas costumbres y el laicismo, las reglas de higiene y de seguridad".

Las alcaldías donde ya está en marcha el veto al burkini podrían ahora suprimirlo por iniciativa propia, para evitar la previsible oleada de demandas por parte de organizaciones humanitarias, pero la alerta del Consejo de Estado sobre los riesgos contra el orden público dejan la puerta abierta a que algunas no se lo planteen.

La normativa preveía multas de 38 euros, que sólo se han impuesto en cuatro municipios franceses, pero su aplicación ha dejado imágenes chocantes para la opinión pública. Dos bañistas en Niza y Cannes cubiertas con un pañuelo y una túnica que fueron obligadas por agentes a quitarse esas prendas provocó la indignación en las redes sociales y cuestionó el alcance de esos decretos, cuya repercusión ha protagonizado el debate mediático del verano.