Esta semana empieza la Vuelta ciclista a España y Mariano Rajoy, declarado seguidor del deporte del pedal desde el sofá, estaría encantado de que las tardes que se le avecinan tuvieran algo que ver con aquellas de otros veranos en las que podía ver plácidamente como espectador las etapas desde su sofá. Pero la aspiración del PP de gobernar buscando que los demás simplemente se borren está cada vez más lejana y al presidente en funciones le tocará arremangarse en las semanas venideras si quiere reeditar el cargo. De Rajoy y su equipo negociador dependerá que el particular ‘vía crucis’ de citas propias y ajenas acaben en terceras elecciones o que se vea de nuevo investido en Madrid, aunque parece que ante los problemas para encontrar apoyos entre sus tradicionales socios de la derecha la palabra final la tendrá el PSOE de Pedro Sánchez. De momento la semana ha empezado mal para él, con el socialista Miquel Iceta poniendo sobre la mesa el debate sobre nombres alternativos para la presidencia, pero estas citas inminentes son las que decidirán el futuro político de España en un plazo que se puede prolongar hasta las siete semanas -conviene recordar que el PP se resiste a poner una fecha de investidura y que está dilatando al máximo los plazos-.

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