El miedo a perder algo muy querido convierte a cualquier hombre en valiente. Para ejemplo el del señor Albert Rivera, que tras ver como el CIS mostraba que su patinazo en una tercera ronda podría ser épico, ha tardado muy poco en encontrar una estrategia que le sacase del apuro: hacerse el cuñado, maniobra que sin duda tiene mejores resultados que la de otros partidos que han decidido hacerse el muerto.

En este periódico hemos analizado en varias ocasiones el perfil de Rivera. Sabemos que nunca enseña sus cartas, que tiene más habilidad oratoria que otros de sus oponentes (hasta que alguien le lleva la contraria) y que es un cuñado en potencia. Pero algo interesante que hemos aprendido de él es que es listo y que su discurso cuñadista cala en la sociedad. Sabiendo todo esto, pensar que la solemne intervención de Rivera a primera hora de la tarde en una televisión nacional es un aviso y no una estrategia, parece bastante inocente. Pero, ¿dónde quería llegar realmente el líder de Ciudadanos? Para saberlo, en ELPLURAL.COM hemos hablado con José Luis Martín Ovejero,  experto en comunicación no verbal y miembro de la Asociación ACONVE.

Esperando a Godot

El primer detalle en el que hemos de fijarnos viene antes incluso de que Rivera haga su aparición. Uno de los datos que destaca Martín Ovejero "es el lugar elegido, el Congreso de los Diputados". Además, a petición expresa del líder de la formación naranja, el discurso se ha realizado junto a las banderas de España y de la Unión Europea, "una imagen cargada de símbolos que podrían tratar de dar mayor peso a su mensaje". Su traje azul, camisa blanca y corbata también azul ya hacían pensar que se iba a poner serio. O por lo menos, a intentar transmitir esa actitud a los españoles que se desperezaban de la siesta y esperaban su intervención frente al televisor a la espera de una mínima señal de ese animal mitológico que llaman inteligencia política.

Además, como destaca Ovejero "no había nadie de su partido alrededor. La comparecencia ha estado cargada de solemnidad. Para Rivera, no ha sido una rueda de prensa cualquiera, ha querido ser el protagonista del cambio que, según su opinión, necesita España".

El detalle del lugar elegido no es para nada casual. Según Martín Ovejero, "sus primeras palabras son para decir que se encuentra en el Congreso de los Diputados. Parece evidente que es algo que no desea que pase desapercibido".

Ea, ea, ea, Rivera se mosquea

Para Martín Ovejero hay ocho claves importantes que se sustraen de su comportamiento:

1. Impaciente: "Antes de comenzar se le advierte impaciente por dar su mensaje, pronunciando un 'está bien' y un 'vamos'". 

2. Comprometido: "Muy comprometido con sus palabras, lo cual se advierte por estar, su intervención, cargada de gestualidad, algo que no sucede cuando se miente o se reproduce un contenido no sentido. Poniendo en ocasiones su mano en el pecho en señal de compromiso".

3. Enfadado: "La emoción de enfado es reiterada en su rostro, las microexpresiones de ira parecían dibujarse en su rostro, junto al empleo del puño cerrado o el dedo índice estirado en numerosas ocasiones durante su rueda de prensa, un gesto asociado a la emoción indicada".

4. Los responsables del fracaso:"Emplea los nombres de quienes considera responsables del no gobierno: 'el Sr. Sánchez y el Sr. Rajoy', sin embargo, al hablar de futuro, de quienes deben aceptar sus seis condiciones, se refiere más al Partido Popular,  parece tener más confianza en el Partido que en Rajoy para negociar".

5. ¿Pasó el tiempo de la abstención? "Utiliza ya el tiempo pasado al referirse a la posibilidad de su abstención. Su mente no parece pensar ya en esa opción de cara al futuro".

6. Está convencido pero... no tan convencido: Hay una frase en el minuto 16 de su intervención de lo más curiosa. Cuando dice ...el cambio llegará algún día al Gobierno de España, estoy convencido... Según argumenta Ovejero, "afirma estar convencido, pero su cabeza lo niega, lo que quiere decir que no lo está tanto".

7. Las dos palabras tabú: terceras elecciones. Como destaca Martín Ovejero, "nunca las ha mencionado".

Su comportamiento deja más o menos claro qué podemos esperar de Rivera ¿lo váis adivinando?