No ha habido árnica al final: Convergencia se queda sin grupo propio en el Congreso, igual que este lunes se confirmó que se quedaba sin grupo en el Senado. El Reglamento de la cámara baja estable que se puede formar grupo con un mínimo de cinco diputados y un 15% de votos en sus circunscripciones. Convergencia logró 8 diputados, pero se quedó en el 14% en Cataluña. En otro momento hubiera encontrado complicidades para pasar por alto ese punto insuficiente. No ahora.

Y para hacer más doloroso el bofetón, han bastado los dos votos en contra de Ciudadanos en la Mesa del Congreso para evitar que se haya producido la salvación de CDC, el nuevo Partit Demócrata Catalá. Y es que los demás grupos, PP, PSOE y Podemos, los otros siete miembros, se han abstenido.  Es la primera vez en la historia de la democracia que los nacionalistas catalanes se quedan sin grupo propio.

Resulta evidente que en esta decisión de los grandes partidos de dejar caer a Convergencia ha tenido un gran peso la decisión de la semana pasada del Parlament de Catalunya en el sentido de aprobar el documento que inicia el camino de "desconexión" con España. La escalada de tensión de los últimos días, con manifestaciones de líderes del grupo de Artur Mas al frente, hacían muy difícil tanto para populares como para socialistas apoyar en ningún campo a los nacionalistas. Un enfado, por cierto, al que más sorprendentemente se ha sumado la abstención de Podemos, molesto también por el trato que están recibiendo en el Parlament catalán.