Haced la prueba los que tenéis un blog o un espacio en Facebook o tuiteáis: haced un análisis profundo sobre algo trascendente y tendréis cinco o seis comentarios o enlaces; haced un análisis somero sobre PODEMOS (recomendado con mayúsculas) y os inundarán de comentarios, de aplausos o de críticas mordaces.

PODEMOS, como producto de la red, es un éxito; PODEMOS como intento político, me temo que no.

Digo más, el drama de PODEMOS, cara al futuro, es que está convencido de que quien gana la red gana la política; y no sabe que la red nunca dará triunfos, dará éxitos. Una cosa facilita el poder, la otra facilita la noticia. No es lo mismo.

Haced una prueba cualquiera de los que por aquí pasáis: escribid algo crítico con PODEMOS (siempre con mayúsculas) o con Pablo Iglesias y veréis la cantidad de ciudadanos en red que os entran.

¿Os comentarán algo interesante? No, no: nadie de estos red-actores tiene el menor interés en convencerte ni en debatir; sólo quiere dejarte fuera de juego con mensajes masivos (si posible).

PODEMOS está intentando convencer a los ciudadanos mediante movimientos llamativos en las calles y red-actores en las redes sociales. No lo conseguirán nunca.

Para convencer a una mayoría hace falta explicar objetivos políticos, explicar recursos posibles para alcanzarlos, debatir en círculos profesionales (además de en las plazas y las redes). Bueno: simplemente ser un partido político normal.

Les digo con mucho afecto a los red-actores de PODEMOS: todavía no sois un partido político.

Buen ánimo PODEMOS: espero que un día nos encontremos encantados en las calles, en las redes y en las Comisiones del Congreso de los Diputados.

¡Habrá nacido (por fin) un nuevo partido político! Hoy no lo sois.