Éste fue el famoso lema con el que, recurriendo a los personajes más famosos del país, el gobierno nos convocó durante años a participar en la lucha contra los incendios forestales. Una propuesta especialmente acertada, pues la participación ciudadana en las labores de prevención es la clave fundamental para evitar el fuego en el monte.

Los bosques son ahora mismo un polvorín a punto de prender ante la menor imprudencia. Por eso hay que seguir insistiendo en ese mensaje y recordar que debemos de ser todos los que evitemos el fuego actuando evitando los riesgos. Y es que el 80% de los incendios forestales que se producen en verano tienen origen en un descuido, una negligencia o son directamente intencionados.

Resulta inquietante pasear estos días de canícula bajo los árboles, escuchando el resonante timbal de las cigarras, oliendo el aroma que exhalan los troncos de los pinos (que para muchos es como el olor de la gasolina) o notando como cruje la hojarasca y el matorral reseco a nuestro paso. Bastan unos metros de recorrido para comprobar que todo está a punto de prender. Solo falta el más leve rescoldo: una colilla mal apagada, la chispa de una maquina en las labores del campo, para que todo prenda y se inicie la peor pesadilla para la naturaleza.

En situaciones meteorológicas como las que estamos viviendo estas semanas, de altas temperaturas y ausencia de precipitaciones, se alcanza el máximo nivel de peligro. Es lo que los expertos denominan como “la triada de los incendios”: más de 30o C de temperatura (se están rondando los 40o C en buena parte del país), humedad inferior al 30% y vientos superiores a 30 km/h. Éste es el escenario en el que se propagan los grandes incendios, como el que a principios de este verano arrasó cerca de cinco mil hectáreas en la Comunidad Valencia.

Evitarlo es una responsabilidad de todos los ciudadanos. Por eso resulta conveniente insistir en ese mensaje de unión para combatir el fuego todos juntos, desde la responsabilidad individual y colectiva, desde la precaución y la máxima vigilancia cuando salimos al monte en estos días de alto riesgo de incendio.

No debemos encender ningún tipo de fuego en el campo, ni utilizar hornillos o barbacoas, incluidas las de las áreas recreativas cuando los agentes forestales las clausuren. No lanzar colillas por las ventanillas del coche, aunque estén apagadas: una infracción grave del código de circulación sancionada con la retirada de 4 puntos del carnet y una multa que puede superar los 500 euros.

No extender ningún tipo de cableado eléctrico conectado a la red en una zona forestal, ni realizar trabajos en los que se haga uso de radiales, motosierras, desbrozadoras o soldadoras en la proximidad de terrenos forestales.

Esta rigurosamente prohibido tirar petardos en las proximidades de un área de matorral, lanzar cohetes junto al bosque o farolillos de celebración con vela interior, una práctica cada vez más habitual que ya ha dado origen a varios incendios en el monte.

Recordemos que la basura no vuelve sola. Recojamos todos los residuos que generamos en la excursión para depositar cada material en su correspondiente contenedor cuando regresemos al pueblo. El reciclaje también ayuda a combatir los incendios.

El acceso de los vehículos motorizados al medio natural está regulado por ley. No hay que circular fuera de los caminos ni acceder a los espacios naturales cerrados al tránsito por riesgo de incendio.

Y ante la menor sospecha, ante la más mínima columna de humo en el interior del bosque, ponernos a salvo y avisar de inmediato al 112 para activar el protocolo de extinción. Todos contra el fuego, por el bien de todos.