¡Anda que no hemos creado mitología sobre la Selección Española! No sólo somos los mejores por definición, es que vamos a asaltar los cielos del futbol mundial. Y efectivamente, en los primeros encuentros, el juego de la Selección sorprendió a propios y extraños. 

La Selección Española se clasificó en la primera ronda impresionando con su juego coordinado y original. Podemos, en los primeros encuentros electorales, nos sorprendió por sus novedosos planteamientos y su entusiasmo, mucho entusiasmo.

La afición futbolera (y la afición podemita) estaba exultante: claro que podemos ganar la Copa de Europa (y el Gobierno de España). Pero el domingo en las Elecciones Generales y el lunes en el partido contra Italia, tanto Podemos como la Selección se han dado una bofetada de realismo: Podemos no puede tocar los cielos políticos en cuatro años y la Selección de futbol quedará de espectador hasta Brasil y más allá.

La afición futbolera (y la afición podemita) estaba exultante: claro que podemos ganar la Copa de Europa (y el Gobierno de España)

Este post es un consejo para todos los políticos y para todos los futbolistas: un arranque fulgurante de temporada no es garantía de un final feliz de una liga o de unas Elecciones Generales.

Pero es que el paralelismo es también notable analizando las redes: tanto la Selección como Podemos han tenido un eco en la red impresionante. Si dedicabas un rato a leer textos cortos y textos largos, tanto sobre la Selección como sobre Podemos tenían la gloria a pocos pasos de goles o de votos.

En la realidad nada ha sido así: ni la Selección, ni Podemos, han podido llegar a los cielos.

Meditación: llegar arriba en futbol y en política requiere mucha planificación, mucho trabajo, mucho tiempo y siempre paciencia, mucha paciencia hasta encontrar el momento oportuno y el discurso adecuado.

Ni la Selección, ni Podemos, habían hecho el trabajo previo de forma correcta: y los dos están a la espera de futuras oportunidades. El cielo va a tener que esperar (ocupado por otros, de momento).