Microsoft ha dejado un poco más claro [por si a alguien le quedaba alguna duda] que lo que le interesa es el lado profesional de cada uno de nosotros. Algo así como "quedaos con las fotos  las conversaciones banales, que yo me centro en lo importante".

La jugada de la compañía liderada por Satya Nadella es conectar sus aplicaciones profesionales con los intereses de los usuarios. Una visión brillante. Permítame que lo explique con un ejemplo. 

Imagine que trabaja usted ahora en una empresa; pongamos un medio de comunicación, para evitar señalar a terceros. Microsoft es capaz de saber en qué temas está trabajando, con qué herramientas, en qué idiomas y dónde. Por otro lado, LinkedIn conoce qué empresas están interesadas en perfiles como el suyo. 

No solo eso. Según han anunciado ambas compañías, cabe la posibilidad de "ofrecer contenidos" sobre los proyectos en los que los usuarios estén trabajando. Es decir, si un programa de Microsoft detecta que yo estoy escribiendo sobre LinkedIn, me mostrará qué publicaciones especializadas hay en su red social sobre ello.

Se trata de una jugada maestra, se mire por donde se mire. La única duda que puede quedar es sobre el precio. La reacción de los mercados es la esperada: el precio de las acciones de LinkedIn se ha disparado al alza un 47% y las de Microsoft caen algo más de un 2%, no tanto quizá por el coste de la adquisición [que se considera elevado, pero no estratosférico], sino por el hecho de que el pago se realice en metálico en su totalidad. 

Microsoft está ya un poco más dentro de nuestras vidas profesionales. Habrá que permanecer atentos a las respuestas de Facebook, Google y Apple. Pero el verano ya ha llegado al sector de las nuevas tecnologías.