Carlos Dávila va a seguir en TVE. Otras 13 semanas al menos. La próxima semana se confirmará, porque así lo ha decidido el actual director de la televisión pública, Eladio Jareño. Y eso a pesar de que las audiencias de El ojo clínico, el programa en el que actúa, están por debajo de la media de la cadena, La 2. En concreto, las últimas semanas se mueve en torno al 2% de cuota de pantalla.

Dávila redivivo

Datos que no le van a importar a Jareño (de quien no hay que olvidar que fue durante años portavoz, jefe de comunicación y asesor de Alicia Sánchez Camacho/PP de Cataluña), para continuar manteniendo este programa médico, donde hizo hueco a Dávila para sacarlo del oscuro baúl del olvido al que había caído en los últimos años.

Para quien lo haya olvidado, recordamos que Carlos Dávila llegó a ser un relativamente influyente periodista (una especie de Marhuenda versión agria) durante el aznarismo gracias a sus ‘entrevistas’, también en un programa de La 2 de TVE, El Tercer Grado, en el que aplicaba radicalmente el nombre del programa cuando entrevistaba a quienes no eran de su cuerda, y sometía a cuestionarios masaje a sus afines.

Una larga historia

Después se hizo con el cargo (con permiso de Jiménez Losantos) de representante máximo de lo que se conoció como caverna mediática en su doble rol de director de La Gaceta y bilioso tertuliano de los programas de Intereconomía. Después de su salida de La Gaceta, había ido diluyéndose hasta que, como un personaje de Cine de barrio, decidieron revivirle en TVE en una versión light (dirige un debate dentro del programa), eso sí a la nada despreciable cifra de 1.700 euros por programa, en este programa de salud, El ojo clínico, mientras también le recuperaban, en este caso en la versión hardcore, como tertuliano en las otras patas del rancio derechismo: la COPE y 13TV.

En aquellos tiempos de verbo disparado, Dávila se convirtió en un habitual de los tribunales a donde le llevaron desde Jaime de Marichalar, al que acusó de cocainómano, o un grupo de militantes de UPyD, a los que él, sin problemas, acusaba de lucrarse a costa del partido, hasta el juez Santiago Pedraz, al que llamó “cabrón” ante las cámaras de El Gato al Agua.

El programa de TVE, de producción ajena, lo realiza ‘113 Producciones’. La renovación va a significar, según nos dicen en fuentes de RTVE, unos sustanciales ingresos totales de 500.000 euros para esta pequeña productora.