Donde dije digo, digo Diego. Así se podría resumir el informe de este miércoles sobre las Perspectivas Económicas Mundiales que publicó el Fondo Monetario Internacional (FMI). En él aseguró que, en tiempos de crisis, no es bueno abaratar el despido.

En concreto, el organismo internacional dice que "las reformas de los mecanismos de protección del empleo y los sistemas de prestaciones de desempleo tienen efectos positivos en los periodos de prosperidad, pero pueden debilitar la demanda agregada y tornarse contractivas durante los periodos de recesión".

El FMI cree ahora que, a corto plazo, el recorte de la protección de los trabajadores puede llevar al despido inmediato de empleados. "El desencadenamiento de una ola de despidos, reformando la protección del empleo, debilita aún más la demanda agregada y retrasa la recuperación económica", señala.

En contraposición, el FMI apuesta por otras medidas como la reforma de los mercados de productos y servicios, así como la bajada de impuestos laborales y aumentar el gasto en políticas activas de empleo.

 

Total, contradicción

Esta conclusión del organismo que dirige Christine Lagarde choca frontalmente con las muchas declaraciones que los inspectores del organismo internacional han hecho a España durante los años más duros de la crisis económica. Durante este periodo, el FMI se convirtió en el azote de la economía española con sus recomendaciones constantes y centradas constantemente en recortar derechos laborales.

No hay que remontarse hasta los primeros años de la crisis. En junio del año pasado el FMI, en compañía del Banco de España, pedía abaratar más el despido. Dos años antes y poco después de la dura reforma laboral del Partido Popular, el organismo también reclamaba que "se alineen los costes de despido para los contratos indefinidos con la media de la Unión Europea y que se incrementen de forma más gradual con la antigüedad".