Cierre de oficinas, fusiones, despidos, esta música ya nos suena proveniente de las cajas de ahorros en los años más duros de la crisis. Pero ahora, aunque no tan virulentamente, también se produce en las grandes entidades bancarias españolas.

En el sector financiero se da por hecho que en el actual entorno económico y de fuerte incremento de los costes regulatorios, las entidades deberán seguir esforzándose por ser eficientes y ello traerá posiblemente el cierre de sus extensas redes de oficinas apostando más por las herramientas digitales.

Ceiss da la sorpresa

El que fuese la Caja España Duero, el banco Ceiss, ha anunciado por sorpresa que despedirá a 1.120 empleados sobre un total actual de 3.200, lo que, sumado a los despidos que ya ha realizado, llegará a la reducción del 63% de su plantilla desde 2013. En concreto, se despedirán 541 empleados de los servicios centrales y 579 de la plantilla de oficinas.

El plan presentado a los sindicatos se justifica en que son los trabajadores excedentes del personal que todavía tienen contratadas las antiguas cajas de ahorros y por “los requerimientos de la Comisión Europea como por el contexto económico en el que se encuentra el sector financiero”, así como “la apuesta por un modelo de negocio con mayor presencia de canales digitales”.

Los representantes sindicales de UGT, Csica, UEA y CCOO han calificado el anuncio de “barbaridad” y acusado a la entidad de pretender “atemorizar a los trabajadores”.

BBVA, 2.800 oficinas menos

Pero mirando más arriba, también encontramos que los bancos más grandes también planean fuertes restructuraciones futuras en su plantilla.

El consejero delegado de BBVA anunció en una entrevista a Bloomberg que cree le podrían sobrar a la entidad 2.800 oficinas de las 3.800 que tiene actualmente en España. Aunque luego la entidad ha asegurado que, de momento, mantiene la red de sucursales, sí ha admitido que sus clientes operan “cada vez más” con el banco a través del móvil.

En el BBVA consideran que "en un planteamiento hipotético", dentro de unos años no tendrá sentido que la entidad cuente con la misma red de oficinas en España. Sin embargo, aclaran, esto no significa que tenga ya encima de la mesa un plan de cierre de establecimientos o ajuste de plantilla.

Y Santander ya lo negocia

Pero el primero que dio el paso a esta ‘segunda restructuración financiera’ fue el Banco Santander que ya anunció la pasada semana que cerraría 450 oficinas, con la correspondiente reducción de su plantilla. No obstante, estas cifras se podrán rebajar hasta el momento en el que las partes alcancen un acuerdo definitivo.

Este miércoles la entidad que dirige Ana Botín ha concretado sus planes planteando a los sindicatos un ajuste máximo de 1.200 empleados en la plantilla, lo que supondría una reducción del 5% del total.

El Banco Santander espera que la mitad de los despidos correspondan a prejubiliciones, para los que se ha planteado ofrecer el 70% del salario, y la otra mitad se realicen mediante bajas incentivadas que recibirán 45 días por año trabajado con un tope de dos anualidades.

Para los sindicatos la reducción de plantilla propuesta es excesiva, pues veían más "razonable" una cifra de unos 900 empleos teniendo en cuenta las oficinas que quieren cerrar y la infradotación de algunas otras.