Hace meses que en los circuitos financieros internacionales se habla de la mala situación de la banca italiana que no acometió ningún proceso de saneamiento y reforma a pesar de la crisis financiera que estuvo a punto de llevarse por delante el euro. Tan sólo dos países, Italia y Alemania, no acometieron una profunda reforma de sus bancos y ahora Italia ha tenido que hacerlo ante el riesgo de quiebra de uno de sus bancos más importantes, El Primer Ministro italiano, Mateo Renzi, se ha resistido a crear un banco 'malo' para agrupar los denominados activos tóxicos (préstamos de dudoso cobro), y ahora el Banco Central Europeo (BCE) estudia como auxiliar a la cuarta economía europea.

Conversaciones
El Tesoro italiano ha anunciado que está en conversaciones con el BCE para que éste se quede con paquetes de préstamos morosos, dentro del programa de compra de activos puesto en marcha por Mario Draghi para socorrer a países con graves problemas financieros. Desde el Tesoro italiano se defiende que es perfectamente posible que el BCE compre activos tóxicos italianos dentro de su programa de compra de deuda pública dotado con 1,5 billones de euros, según informa la agencia Reuters, sin embargo, otros gobiernos piensan que la institución presidida por Draghi asumiría demasiados riesgos.

Opción extrema
Reuters recuerda que hace tres meses fuentes del BCE señalaron que la compra de créditos morosos en poder de bancos privados sería una opción "extrema" que se estudiaría solo si la situación económica de la zona euro se volvía "realmente mala". El programa de compra de valores respaldados por activos (ABS) está suponiendo un desembolso de 1.190 millones de euros mensuales desde noviembre de 2014.