El policía nacional jubilado Pedro Mielgo Silván, que propició la detención de dos de las acusadas del crimen en mayo de 2014 de la presidenta de la Diputación de León Isabel Carrasco, durante su declaración en el juicio por este asesinato que se celebra en la Audiencia Provincial. EFE



Pedro Mielgo, el policía jubilado que siguió a Montserrat González y que fue testigo directo del crimen de la presidenta de la Diputación de León Isabel Carrasco ha declarado este jueves en el juicio por este caso.  Su declaración ha sido puesta en cuestión por la defensa con motivo de una llamada telefónica realizada durante la persecución que se atribuye al policía retirado, y que éste niega.

Mielgo niega que haya llamado
En la llamada se escucha a una persona con voz jadeante que se comunica con el 112 para dar detalles de la mujer a la que seguía por haber matado segundos antes a otra. La defensa ha reproducido en la sala la llamada, registrada a las 17.19 horas del 14 de mayo de 2014, y ha preguntado al policía si era él quien había hecho esa llamada. Él lo ha negado esta vez, pero en su primera declaración ante la Policía declaró que llamó al 112. Incluso, otro testigo ha afirmado que le vio hablando por teléfono.

Determinante para Triana 
La llamada es trascendente porque el policía había asegurado que nunca había perdido de vista a Montserrat González hasta que ésta giró en la calle Colón, y que en todo momento llevaba la mano metida en el bolso con el arma. Sin embargo, la persona de la llamada dice que no la está viendo y se limita a hacer una descripción de la asesina. La credibilidad del testimonio del policía es determinante para saber si la asesina de Isabel Carrasco entregó la pistola a su hija, Triana Martínez, o si ésta no participó del plan. Montserrat González mantiene que tiró el bolso con el revólver en un garaje y que por tanto no se lo dio a su hija en un pasadizo. El policía asegura que no perdió de vista a la mujer y que no le vio tirar el bolso.

Montserrat disparó tres veces a la cabeza de Carrasco
Mielgo, de 68 años, ha narrado que paseaba con su mujer el 12 de mayo de ese año por el paseo urbano del río Bernesga y presenció cómo Montserrat González disparaba contra Isabel Carrasco, a la que su esposa reconoció previamente cuando la víctima transitaba por el mismo lugar.

En la tercera sesión del juicio por el crimen, que se celebra en la Audiencia de León, Mielgo ha explicado que poco después de las 17 horas de ese día se encontraba cruzando la pasarela sobre el río y vieron a una mujer rubia "vestida como de fiesta", y su esposa le comentó que debía de ser alguien importante porque la había visto en televisión. Detrás de ella, ha precisado, iba a otra mujer a unos dos metros vestida con una parka de color caqui, un gorro negro y gafas de sol, que su mujer pensó que era la escolta de la primera y así se lo comentó.

Después de dar "unos quince pasos" tras cruzarse con ambas mujeres, escucharon un ruido "como un petardo" y al darse la vuelta vieron cómo la mujer rubia caía al suelo "de forma rígida". "A continuación vimos cómo la mujer que iba detrás daba dos pasos, se agachaba y disparaba tres veces en la cabeza a la que estaba en el suelo", ha rememorado Mielgo.

"Mi mujer llamó al 112"
Según su relato, a continuación, la mujer que había efectuado los disparos se dio la vuelta, se tapó la cara con un pañuelo y se dirigió hacia ellos tras guardar la pistola en un bolso que llevaba en bandolera y mantuvo la mano dentro empuñando el arma, cuya culata pudo comprobar que era de color negro. Al llegar a su altura, les miró durante un momento, momento en el que ha explicado que llegó a temer que le disparara, aunque continuó la huida en dirección hacia el paseo de la Condesa de Sagasta.

"Cuando se había alejado unos metros decidí seguirla y así se lo dije a mi mujer mientras ella se encargaba de llamar al 112", ha señalado el policía, quien durante dos años hizo seguimientos en Benidorm (Alicante) a carteristas y trileros, según ha explicado ante el tribunal.

Aunque en un momento determinado la perdió, se encontró con ella de frente en la avenida de la Gran Vía de San Marcos y la mujer, que ahora vestía una cazadora beige, se había quitado la gorra y las gafas de sol y llevaba la parka caqui y el gorro en la mano, se mostró "sorprendida".

La detención
En ese momento pasó por el lugar un coche de la Policía Local al que Mielgo le hizo indicaciones para que parara, y volvió a perder a la mujer, si bien un hombre que estaba sentado en la terraza de un bar le indicó con el dedo un coche, y al mirar en su interior comprobó que la mujer estaba en el asiento del conductor e intentaba esconder algo debajo del asiento.

La Policía Local conminó a la mujer a que se identificara y minutos después llegó una joven que afirmó ser hija de la primera y preguntó qué era lo que estaba pasando. Instantes después, medre e hija fueron detenidas como presuntas responsables del crimen de Isabel Carrasco.