El presidente electo de la Generalitat, Carles Puigdemont, pasa revista a los Mossos d'Esquadra a su llegada al Palau de la Generalitat de Barcelona donde tomará posesión del cargo en relevo de Artur Mas. EFE



A Artur Mas le ha costado tanto dejar su cargo como president de la Generalitat que el acto de investidura de su sucesor se ha parecido más a una despedida. En un breve discurso ante del juramento de Carles Puigdemont, Más ha dado las gracias por haber ocupado el cargo durante cinco años refiriéndose anecdóticamente sobre el timón de su despacho que ya ha descolgado.

La intervención del ya expresident ha levantado aplausos en varios momentos entre los muchos asistentes al acto, excepto del ministro del Interior, Jorge Fernandez Díaz, y de la delegada del Gobierno en Cataluña. Mas también ha mandado un recado a Felipe VI después de que el BOE recogiese su sucesión sin ningún agradecimiento: “Yo sí que os agradezco los servicios prestados, a todos”.

Juramento sin el rey y la Constitución
El nuevo presidente de la Generalitat ha prometido el cargo con “fidelidad a la voluntad del pueblo de Cataluña representada por el Parlament”, pero ha obviado la Constitución y al Rey, tal como había costumbre de hacer hasta ahora. Puigdemont también ha colmado su discurso de referencias al proceso independentista asegurando que salvará a Cataluña de un Estado que “humilla, ahoga financieramente, desatiende y menosprecia” las instituciones catalanas.

En la toma de posesión en el Palau de la Generalitat, la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, ha evitado citar al rey y a la Constitución y se ha limitado a preguntar a Puigdemont: “¿Promete cumplir lealmente las obligaciones del cargo de presidente de la Generalitat con fidelidad a la voluntad del pueblo de Cataluña representado por el Parlament?”, a lo que Puigdemont ha respondido afirmativamente.