Pablo Iglesias recogiendo su acta de diputado en el Congreso - Flickr Podemos



Desde el día de las elecciones generales hasta el próximo 13 de enero, cuando se conformarán las nuevas Cortes Generales, los distintos partidos políticos electos están llevando a cabo negociaciones entre sí para intentar, además de formar gobierno, organizar la nueva composición de la Cámara y la Mesa del Congreso.

A parte del debate por quién será el próximo presidente de la Cámara Baja, uno de los puntos de mayor confrontación se encuentra en la pretensión de Podemos de constituir cuatro grupos parlamentarios independientes, el suyo y los de sus marcas afines en Cataluña (En Comú Podem), Galicia (En Marea) y Comunidad Valenciana (Compromís-Podemos).

La pretensión de Podemos de tener cuatro grupos no es un tema menor. Además, de tener cuatro turnos de palabra distintos, la formación de Pablo Iglesias y sus socios tendrían también un jugoso presupuesto extra, ya que el Reglamento establece una subvención de 28.597,08 euros mensuales por cada grupo constituido, que se multiplicaría hasta los 114.388,32 euros mensuales en caso de separarse en cuatro grupos.

¿Es posible?
Para que un partido político pueda formar grupo parlamentario propio, el Reglamento del Congreso recoge en su artículo 23.1 que debe estar compuesto por al menos quince diputados o “un número de escaños no inferior a cinco y, al menos, el 15 por 100 de los votos correspondientes a las circunscripciones en que hubieren presentado candidatura o el 5 por 100 de los emitidos en el conjunto de la nación”.

Esta primera condición se cumple en el caso de los cuatro grupos que quiere formar Podemos. El problema es la segunda parte del artículo 23 del Reglamento donde se concreta que “en ningún caso pueden constituir Grupo Parlamentario separado Diputados que pertenezcan a un mismo partido”.

Aquí se abre el primer debate ya que otros grupos políticos consideran que Podemos es solo un partido y no cuatro. Así lo señalaba el diputado electo de Ciudadanos, Miguel Gutiérrez, afirmando que si Podemos considera que ha obtenido 69 diputados en total, al sumar sus 42 escaños a los 27 de las tres plataformas hermanadas, tendría que conformarse solo con un grupo parlamentario.

"Si eso es lo que está contando, tendrán que ser los 69 diputados solo un grupo. Si no, tendría que hacer una lectura de las elecciones en otro sentido. No se puede hacer dos lecturas de las elecciones", criticó Gutiérrez.

La interpretación de la Mesa
Pero además el reglamento añade otra limitación al considerar que “tampoco podrán formar Grupo Parlamentario separado los Diputados que, al tiempo de las elecciones, pertenecieran a formaciones políticas que no se hayan enfrentado ante el electorado”.

Este apartado podría considerarse un poco ambiguo ya que se puede interpretar como que no se hayan enfrentado los diferentes grupos entre sí en las elecciones (Podemos contra En Marea, por ejemplo) o que no se hayan enfrentado al electorado no presentándose directamente y habiendo formado el partido después de la votación.

En cualquier caso, la interpretación del reglamento depende exclusivamente de la Mesa del Congreso, cuya designación se sigue negociando estos días.

Opiniones en el aire
Si Ciudadanos ha mostrado su rechazo inicial a las pretensiones de Podemos, el PSOE se ha mostrado más abierto. Su portavoz Antonio Hernando no ha querido entrar en el tema tras su reunión con Carolina Bescansa, secretaria de Programa y Análisis Político de Podemos, limitándose a decir que en la formación de la nueva Mesa del Congreso las fuerzas políticas tienen que ser "responsables y generosas" porque "nadie va a imponer su santa voluntad”.

Por el contrario, el portavoz del PP, Rafael Hernando, mostró su total rechazo a la idea de Podemos asegurando hace pocos días en Radio Nacional que el partido de Pablo Iglesias pretende “un fraude de ley claro” en el Reglamento del Congreso para tener más recursos “y más voces que los demás”, lo que para él es “ciertamente chocante”.