Las cosas de Palacio van despacio y no será de un día para otro que Felipe VI pueda borrar la imagen de la última etapa de su padre, quien, en lo suyo, envía señales –o lo parece- a su “entrañable” amiga, la princesa alemana Corinna zu Sayn-Wittgenstein. Mientras, el nuevo Rey sigue haciendo gestos de cambio y ha decidido deshacerse del palacio La Mareta, en Lanzarore, un regalo del fallecido rey Hussein II de Jordania.
Lució un cinturón que le regaló Corinna
El pasado 23 de noviembre, el Rey Juan Carlos envió una señal a Corinna, al elegir para un acto público con su hijo en el Palacio de Cibeles un cinturón con hebilla de plata encargado al joyero Patrick Mavros que la princesa le regaló en 2012 tras un encuentro con Mavros en el Hotel Ritz de Madrid. Según relata La Otra Crónica, el monarca se dejó la chaqueta abierta al caminar para lucir el preciado obsequio.
Gira por países árabes
Un día después Juan Carlos I inició un viaje privado por países árabes, que recuerdan a los que realizó en el pasado junto a Corina. LOC deja entrever que la princesa podría haber acompañado al monarca también en esta ocasión, aunque precisa que no ha podido confirmar este punto.
El viaje de Juan Carlos I incluye a Amán (Jordania), Bahrein y Abu Dhabi (Emiratos Árabes), donde le recibió su buen amigo el jeque Mohamed Bin Rashid al Maktoum, primer ministro, precisamente quien le regaló en 2011 los dos Ferraris, que la Casa Real ha cedido a Patrimonio. Uno de ellos, según la citada fuente, estaba destinado al uso de la princesa alemana.
Volvió a exhibir el cinturón
El Rey también ha vuelto a Arabia Saudí, donde fue recibido por el príncipe heredero, Muhammad bin Naif, con cena de honor incluida. Para la ocasión, el Rey volvió a usar el cinturón que le regaló Corinna. Lo hizo también en el posado para ¡Hola!, en el primer número de 2014.
El frutero de Corinna
El cinturón no fue el único regalo de Corinna que el Rey ha exhibido gustoso. En el despacho de Zarzuela que ahora ocupa Felipe VI el Monarca tenía un frutero, obsequio también la princesa, que apareció en algunos posados del Rey.
Fuentes de Zarzuela han puntualizado que se trata de “un viaje de placer”, aunque también para “hablar sobre los intereses españoles en esos países y para abrir las puertas a Don Felipe [que pronto viajará allí]”.
El nuevo Rey se despoja de excesos
Felipe VI, por su parte, intenta deshacerse de aquello que puede perjudicar su imagen de cambio. Además de los Ferrari de Don Juan Carlos, el nuevo Rey ha decidido despojarse del palacio de La Mareta, en Lanzarote, un regalo a Don Juan Carlos del fallecido rey Hussein II de Jordania en 1989.
Tras la decisión de Felipe VI, el pasado miércoles, se firmó un convenio que establece el uso de las instalaciones de esta residencia real para promocionar los intereses turísticos españoles y canarios, a través de la celebración de eventos en sus instalaciones.
