Por empezar por el principio, antes de hablar de sus ‘explicaciones’ debidas como la vicepresidenta que dejará de ser (al menos temporalmente) al concluir la legislatura, vayamos a uno de los misterios que menos se han explicado y que la propia Soraya Sáenz de Santamaría ha contribuido a ‘mitificar’: su entrada en el círculo cercano a Mariano Rajoy.

Soraya meritoria
Ella y su entorno han contado no pocas veces una versión, según la cual, la joven abogada del Estado, que cumplía con su primer destino profesional en León, al enterarse de la existencia de una vacante en el gabinete del entonces Vicepresidente Rajoy, se lanzó al autobús siguiente hacia Madrid y se presentó ante el jefe de gabinete, Francisco Villar, al que convence para incorporarla como asesora jurídica.

La vicepresidenta del Gobieno, Soraya Sáenz de Santamaría y el presidente Mariano Rajoy..., una delfina desde el día uno.



Una historia que olvida un detalle no pequeño… Llegaba ‘enchufada’. En concreto por el que había sido su preparador para las oposiciones, Eugenio López Álvarez, que había estado en Administraciones Públicas, con contactos en el Gobierno y que le abrió la puerta necesaria para que fuera recibida.

Soraya anticatalana
Y otro asunto, que por su actualidad también es oportuno recordar. Soraya Sáenz de Santamaría, ya integrada como una figura emergente en el Grupo Parlamentario Popular (GPP), fue uno de los miembros más activos del grupo de diputados ‘populares’ que, liderados por el inefable Federico Trillo prepararon el recurso de inconstitucionalidad contra el Estatuto de Autonomía de Cataluña.., y que con su fervor en la campaña anticatalanista que lo rodeó nos ha traído en buena medida a la situación actual.

Soraya vicepresidenta
Pero centrémonos en su trabajo como vicepresidenta, y las tareas que en el desarrollo de su labor han dejado una ‘huella’ más discutible.

El desastre de TVE. La radiotelevisión pública fue un asunto que se pidió para ella desde el principio. Como líder del GPP en la oposición, conocía muy bien la política de bloqueo de nombramientos de altos cargos que había protagonizado su Grupo contra el Gobierno Zapatero y estaba dispuesta a hacer todo lo necesario para que no le aplicaran a ella la misma tortura. Así es que, sin complejos, promovió en unas semanas un Decreto Ley por el que se cargó de un plumazo la ‘ley audiovisual de Zapatero’ que obligaba a que el Consejo de Administración de RTVE, incluido su presidente, fuera elegido por dos tercios de la Cámara. Una modificación poco democrática que provocó la vuelta del ‘urdacismo’ a la televisión pública vía el nombramiento para presidente de la Corporación de su amigo y de su marido, el también abogado del Estado González Echenique, y de Julio Somoano al frente de los Informativos. Pareja, paradójicamente aún superada, por sus sustitutos, José Antonio Sánchez y José Antonio Gundín, que han llevado a la televisión pública a sus peores audiencias de la historia.

El absentismo parlamentario. La utilización del Real Decreto Ley y el absentismo parlamentario ha sido una característica de este Gobierno. Un mérito que hay que cargar muy especialmente en la vicepresidenta, responsable de esta área de la relación entre Ejecutivo y Parlamento, al frente de la cual puso a quien fue durante años su mano derecha en el GPP, José Luis Ayllón. Reales Decretos son los que se han utilizado para los recortes laborales, sociales, sanitarios… La propia vicepresidenta es un ejemplo privilegiado de esos novillos parlamentarios que ha vivido el Gobierno: apenas tiene una media de dos comparecencias parlamentarias al mes, entre Congreso y Senado.

Una mujer ‘anti mujeres’. Como es sabido, en el año 2007 el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero aprobó la Ley de Igualdad, que recoge “el principio de presencia equilibrada de mujeres y hombres” en el nombramiento de los altos cargos tanto en la Administración como en los organismos vinculados. La realidad es que el Gobierno del PP, sin que conste por ello el malestar de la número dos, Sáenz de Santamaría, ha incumplido esta ley: de los algo más de 400 altos cargos nombrados, sólo un 30% son mujeres.

Jaime Pérez Renovales, ex subsecretario del Ministerio de la Presidencia, con su amiga, Soraya Sáenz de Santamaría. Uno de los muchos casos de 'puerta giratoria' que se han vivido con este Gobierno



La ‘puerta giratoria’ y los amigos
En ELPLURAL.COM hemos hecho referencia en varias ocasiones al ‘gobierno en la sombra’ de Abogados del Estado que ha ido estableciendo la vicepresidente con la inestimable ayuda de quien fue su mano derecha en Moncloa, el también abogado del Estado, Jaime Pérez Renovales, Subsecretario del Ministerio de la Presidencia hasta que ‘puerta giratoria’ mediante regresó al Banco Santander, del que procedía… Por cierto, la ‘puerta giratoria’ ha bailado como nunca antes con este Ejecutivo, que ha permitido a más de 20 Altos Cargos ir y venir entre la Administración y las empresas privadas.

Soraya en sí misma
Pero si hay cuestiones de su desempeño político que deja en suspenso la vicepresidenta al cierre de la legislatura, quizás aún más interrogantes sin aclarar deja en lo referido a su desempeño en ese difícil territorio en el que se tocan lo profesional y lo personal.

En su puta vida sobresueldos
Quizás fue el momento en el que la vicepresidenta perdió más los papeles durante estos cuatro años. En los pasillos del Congreso, excitada hasta el paroxismo, Soraya Sáenz de Santamaría aseguraba que “en mi puta vida he cobrado un sobre” (sueldo). Este periódico había destapado un par de días antes que del 1.200.000 euros que había percibido la vicepresidenta entre 2004 y 2011 por su actividad política, la mitad, aproximadamente, provenía de sobresueldos. Otra Soraya, también de Valladolid, la socialista Soraya Rodríguez, acababa, utilizando nuestra información, de echárselo en cara y preguntarle cómo hacían en el PP para ‘separar’ el dinero blanco del negro que, según Bárcenas, habían recibido a decenas de millones de empresarios en formas de donaciones.

Ivan Rosa y Soraya Sáenz de Santamaría, pareja que comparte vivienda.., y un amigo y excolaborador, Pérez Renovales, ejecutivo del grupo bancario que les dio en su momento el préstamo para comprarse el chalet donde vivieron un escrache. Foto EFE Archivo



Un marido.., otro ingreso
Abogado del Estado como ella, y de la misma promoción que su mano derecha, Jaime Pérez Renovales, el marido de Soraya es Iván Rosa. Un ‘afectado’, favorablemente, por los nombramientos que en grandes empresas siguieron a la llegada al Gobierno del PP, ya que pasó a ser miembro del departamento jurídico de una de las grandes multinacionales españolas. Un nombramiento que provocó su ruido al producirse, y que volvió a causarlo cuando, ya a finales de la legislatura, acabó por costar el puesto a dos periodistas de El País, que decidieron dimitir después de que el diario de PRISA modificara una información, titular incluido, en la que se hablaba de la inhibición de la vicepresidenta en los asuntos que afectaban a la empresa donde trabaja su marido….

Un chalet con un préstamo ¿en qué condiciones?
Y con Iván Rosa comparte un préstamo para la adquisición de un chalet Soraya Sáenz de Santamaría. Un préstamo de 385.000 euros concedido por el Banco de Santander y del que, a pesar de que en este diario hemos preguntado repetidamente en Moncloa, no hemos conseguido saber sus condiciones.

Los escraches y los periodistas
Fue en este chalet donde se produjo el escrache a la vicepresidenta por la gente que se sentía afectada por los recortes del Gobierno y de los que la responsabilizaban, y que su marido llevó a los tribunales. Una denuncia que después los jueces desestimaron, pero que trajo no poca polvareda. Pero otro escrache que le hicieron a Soraya Sáenz de Santamaría, y que ‘manchó’ su primer viaje como ‘mujer de Estado’, en un momento en el que sonaba y se la promocionaba como ‘sucesora’,  sí que tuvo consecuencias. En concreto para el periodista de una televisión privada, Hilario Pino, que informó sobre el asunto y que se encontraría poco después sin trabajo.