Isabel García Salguero, gracias a su esfuerzo y al de su familia, ha logrado cumplir su sueño de ser diseñadora.



Isabel García Salguero tenía los sueños y las habilidades; Aurora, el coraje de una madre dispuesta a ayudar a su hija a superar barreras; y la Asociación Activos y Felices, las herramientas necesarias para derribar obstáculos. De esta combinación nació Lady Isabel, un proyecto que ha permitido a esta joven leonesa con Síndrome de Down ser diseñadora.

Con dos colecciones a sus espaldas y unos 300 diseños en papel, Isabel puede presumir de habilidad... y de madre. Aurora Salguero comenzó a luchar desde el minuto uno. “En cuanto nació nos pusimos a trabajar con ella”. “Fuimos a Barcelona, donde desarrollaban un tratamiento integral y teníamos una profesora en casa que seguía las pautas que marcaban desde allí”. Con diez años su hija les preguntó quién era; a esa pregunta han tratado de dar respuesta sin descanso.

No ha sido fácil
El camino no ha sido fácil. Isabel ha sufrido graves problemas en las rodillas -cinco operaciones y años en silla de ruedas-. Pero todo lo ha superado con su tesón y el de su familia.

Aurora no entiende de victimismos y desánimos. “Siempre lo hemos vivido con normalidad”, intentando que Isabel probase cosas nuevas. “Las personas con Síndrome de Down tienden a instalarse en su zona de confort. Ella es muy creativa y yo no quería que fuese una niña triste”. Vestía a su hija con ropa de color, la llevaba a la peluquería, le pintaba las uñas..., “y debe ser que todo eso cuajó”.

Isabel con su madre, Aurora Salguero, su gran apoyo.



Actívate Lady Isabel
En el empeño de que su hija tuviese un objetivo y se esforzase por conseguirlo llegó al programa Actívate de la Asociación Activos y Felices, basado en el 'coaching' para promover la autonomía personal. “Aurora me comentó las inquietudes de Isabel” recuerda Belén Arén, presidenta de la asociación y 'coach' de Isabel.

Durante año y medio trabajó sus habilidades y talentos. “Corregimos gestos, cambiamos su día a día”. Isabel, por encima de todo, quería ser diseñadora. “Yo estaba convencida de que debía quitarle esa obsesión y organicé una reunión con dos diseñadores”. Sin embargo, de aquello surgió todo lo contrario. “Comprendimos que tenía perfectamente claro en su cabeza lo que buscaba pese a las limitaciones del dibujo”.

Tampoco su madre le había prestado especial atención a los diseños de su hija. “Me comentó que dibujaba y me presentó 50 diseños. Los ví y me dí cuenta del potencial”. Dedicaron tiempo a convertirlos en algo real pero “era muy difícil”. La aparición de los diseñadores abrió una nueva perspectiva.

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El primer desfile
Casi 50 voluntarios trabajaron en el primer desfile de Isabel. El éxito fue rotundo. “Alucinante”, recuerda aún con emoción Belén. “Toda la energía y la alegría que Isabel tenía dentro fluyó. Hoy es una joven alegre y risueña”.

También recuerda la colaboración de la familia. Sin esta parte, aunque tengan habilidades, los chicos no lo logran. “El proyecto de Ladysabel no hubiera sido posible sin su madre. Desde el minuto uno siguió lo que le dijimos, se preocupó, se formó. Si Aurora no hubiera estado detrás la iniciativa habría muerto”.

Del primer dibujo de Isabel (dcha), al resultado final (izda.) tras la interpretación del diseñador Antonio Ramos (centro).



Crea y crece
Pero no sólo no murió sino que ha ido creciendo. En marzo de este mismo año nació la Asociación Crea y Crece, encaminada a fomentar proyectos de creatividad de personas con discapacidad, impulsando el emprendimiento.

A día de hoy, Isabel colabora con el diseñador y modisto, Antonio Ramos, con quien en 2014 presentó su segunda colección. Y de esta iniciativa han nacido otras. Los diseños de Lady Isabel se han trasladado a otros soportes y ella misma, con la poeta asturiana Esther Rubio y Reyes Fernández han elaborado un cuento basado en su historia que se presenta en Madrid este mes.

“No me cabe duda de que pronto tendrá su empresa”, dice con orgullo Belén. Financiación ya han conseguido y Aurora está decidida a hacer realidad también el proyecto empresarial. Confía, sobre todo, en que el ejemplo de su hija sea un estímulo para otros.

Nuevos retos
Al mismo tiempo, Isabel se impone nuevos retos. El último, independizarse, es una idea que a Aurora le da algo más de vértigo, por lo menos “hasta que sepa hacerse la comida”. Sin embargo, no hay duda de que esta joven logrará hacer lo que se proponga mientras no abandone la idea que ella misma repite a los demás: “Nunca dejéis de soñar”.