Nuevo motivo de enfrentamiento entre el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, a cuenta del fichaje de Irene Lozano. EFE

 

 


Cuando las aguas de la vuelta a la tranquilidad parecía que anidaban en el estanque compartido por Pedro Sánchez y Susana Díaz, el fichaje de la ex UPyD, Irene Lozano, ha sentado muy mal a los socialistas andaluces y a su propia líder regional. En el acuerdo entre los mencionados dirigentes socialistas que aupó a Sánchez a la Secretaría General, se incluía que aunque este ultimo debería y podría ejercer sus competencias con autonomía y como marcan los estatutos, nunca debería olvidar que Díaz era la responsable de la mayor agrupación regional y que además, como presidenta del Comité Político Federal que agrupa a todos los barones socialistas, deberían de establecer canales fluidos de información y de consultas en las grandes decisiones.

Sin comunicación de Sánchez a Díaz
Este canal no ha estado abierto ni compartido en la decisión, importante y relevante sin duda alguna, de fichar a la diputada de UPyD, Irene Lozano, para incorporarla como número cuatro en la lista socialista por Madrid en calidad de independiente. Y ha sentado muy mal e irritado al PSOE andaluz tanto en la forma como en el fondo. Un nuevo episodio de incomunicación de Sánchez hacia la persona, Susana Díaz, que puso en su mochila de las primarias socialistas el 60 % de los votos de los militantes andaluces que representaron después más de un 23 % de los delegados en el Congreso Fedral que lo ratificó. Se recuerda ahora con cierta ironía que fue la presidenta del congreso, Susana Díaz, quien propuso a los asistentes la ratificación del dictamen sobre las primarias. Sin este apoyo y el anterior en las primarias, hubiera sido Madina el vencedor.

Chirría San Vicente
En la forma también porque en la calle San Vicente, sede regional del PSOE en Sevilla, decían ayer que se han enterado literalmente "por la prensa". Ha sido un hecho consumado y oculto que tan solo conocían los dos hombres escoltas de Pedro Sánchez, Antonio Hernando y César Luena. Más allá de que se hubiera aceptado o no la propuesta o que se hubieran impuesto condiciones para el fichaje de Lozano, los socialistas andaluces se quejan de que no fueron consultados a través de una llamada al menos a Susana Díaz.

No gusta Irene Lozano
Pero es que el cabreo es doble porque tampoco el PSOE-A ve con buenos ojos que una de las primeros nombres en la lista por Madrid al Congreso de los Diputados, lo sea una parlamentaria de la UPyD que dedicó fuertes, muy durísimas palabras contra el PSOE andaluz y la propia Junta de Andalucía bajo la presidencia de Susana Díaz. Se recuerdan ahora las invectivas desde su escaño de Lozano afirmando que la Junta andaluza simbolizaba la "Dictadura perfecta"; los continuos ataques a los socialistas de la región por el caso ERE o traen a colación el momento en que la parlamentaria magenta habló del "cortijo andaluz".

Los tempus preelectorales han provocado que este asunto, que podría haber generado hace unos meses, un absoluto enfrentamiento a cara de perro entre San Vicente y Ferraz, no vaya a pasar, de momento, de un gesto de rechazo puntual como el que protagonizó ayer el número dos del PSOE-A, Juan Cornejo, que por no votar en contra y escenificar públicamente el enfrentamiento a dos meses de las elecciones, se ausentó temporalmente de la votación en la Comisión Federal de Listas a la hora de presentarse para ser ratificada la candidatura de Madrid donde aparece Irene Lozano. Luego, Cornejo no disimuló su desacuerdo y explicó que el PSOE-A no pùede apoyar "a quien ha insultado a Andalucía" pero que tampoco iban a votar en contra de una lista encabezada por el secretario general y candidato a La Moncloa, Pedro Sánchez. Los socialistas andaluces han recibido la orden de Díaz de ser prudentes, testimonialmente dejar recado de la desavenencia pero apoyar las lista en el Comité Federal y a volcarse en la campaña. Después del 20 de diciembre.. "Díaz dirá".