La diputada del PP Cayetana Álvarez de Toledo en una imagen de archivo durante un acto electoral en la campaña para las elecciones generales de 2011. (Foto: PP de Madrid)



Cayetana Álvarez de Toledo, diputada del PP adscrita al sector aznarista, no repetirá en las listas del PP por su total desconfianza hacia Mariano Rajoy. Ella misma lo explica en una tribuna publicada en El Mundo en la que, a apenas dos meses de la convocatoria electoral, golpea con dureza contra el líder de su partido, por el que, dice, sigue apostando, aunque no con él.
Hace nueve años dejé este periódico para incorporarme al Partido Popular. Estaba convencida de que era el mejor instrumento para defender mi idea de España. Un país reconciliado consigo mismo y con su pasado, alejado de la vieja retórica del fracaso y del adanismo pueril. Una nación plenamente europea en su oposición al nacionalismo identitario. Una democracia dispuesta a defenderse y sin miedo a renovarse. Una España de ciudadanos juntos y distintos, libres e iguales.

Creo que el Partido Popular puede seguir siendo ese partido. Pero no con este presidente y no sin un nuevo proyecto. No estaré en las listas del PP, pero seguiré trabajando para que España tenga el partido moderno, valiente, adulto y central que merece y necesita.

La todavía diputada popular asegura que anoche le comunicó a Mariano Rajoy su decisión. Dice que no encuentra argumentos suficientes para defender su gestión de Gobierno. "En estos cuatro años de mayoría absoluta, la democracia ni se ha regenerado ni se ha defendido", critica. Lo único bueno que dice de Rajoy en su demoledora tribuna es que evitó el rescate. El resto, nada bueno:
Es verdad que el presidente Rajoy evitó el rescate y que la economía se recupera. Pero el Gobierno ha despreciado la política y ha desoído todas las alarmas. Ni las advertencias internas y externas, ni la grave pérdida de poder autonómico y municipal, ni la irrupción de un poderoso adversario en el espacio electoral del PP le han movido a la rectificación. Desde mayo hemos asistido a una renovación cosmética, a una convención sin propuestas y a una campaña catalana errática. La confianza es un bien delicado y escurridizo. Para mí, la actitud del presidente Rajoy ante el reto separatista catalán ha sido determinante.

Para Álvarez de Toledo, el "itinerario de su fracaso" se resume en sus actuaciones en Cataluña. En primer lugar con su decisión de "abdicar de su responsabilidad de hacer cumplir la ley" con el 9-N, algo que, según la diputada, "genera una profunda sensación de desamparo".

Su segundo gran error fue, en  su opinión, "designar un candidato a la Generalidad apenas dos meses antes de las elecciones, cuando las encuestas anticipan una catástrofe que sólo puede imputarse parcialmente a la gestión de la crisis económica".

Tercer error, su reforma constitucional, a la que describe como "puro humo electoralista". Tampoco ve con buenos ojos la reforma del Tribunal Constitucional porque el PP no es capaz de rentabilizarla:
"El oportunismo delata la oportunidad perdida. Si la reforma era imprescindible, ¿por qué no se abordó antes del 9N? Si el reto es tan serio, ¿por qué lo llamaron «pantomima»? El desafiante «se acabó la broma» se disuelve en un desolado 'el Estado lleva tres años de broma'"

Tampoco entiende la irrupción en la campaña catalana del ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo. Su participación en el debate con el líder de Esquerra Republicana, Oriol Junqueras, "consagra una falsa bilateralidad entre Cataluña y España y supone una claudicación de la política y de la razón", asegura Álvarez de Toledo.

Por último, la incapacidad de Rajoy de contestar a Carlos Alsina a la pregunta de si los catalanes perderían la nacionalidad española una vez independizados, es la gota que colma el vaso:
"No le dice que lo que plantea es política y jurídicamente absurdo. No le contesta que es grotesco querer ser ilegalmente independientes y constitucionalmente españoles a la vez. Se pierde. Y con él pierde el PP".

Además de su actitud inmovilista hacia Cataluña, critica al presidente del Gobierno su "letanía" de los 'problemas reales de la gente':
"Durante cuatro años, los españoles han reclamado una mayor sensibilidad hacia las personas golpeadas por la crisis, menos vacilaciones contra la corrupción, la despolitización urgente de la justicia, más democracia interna en los partidos, una rotunda deslegitimación histórica y política de la violencia etarra, un amparo inequívoco a las víctimas del terrorismo y, por supuesto, una defensa nítida y emocionante de lo que nos hace ciudadanos y une como españoles. La respuesta del Gobierno ha sido tecnocracia y plasma. El Gobierno ha actuado como si los ciudadanos tuvieran una cartera donde habitan el corazón y la cabeza, y como si los votantes del PP fueran votantes cautivos. No lo son. No lo somos".

No es la primera vez que Cayetana Álvarez de Toledo critica al presidente del Gobierno. Tras la debacle del PP en las pasadas elecciones autonómicas y municipales, pidió un nuevo liderazgo en el partido, al que describió como un "campo arrasado sin referentes activos". La diputada, que llegó al PP de la mano de Ángel Acebes, ha sido en los últimos años el Pepito Grillo de los aznaristas. Ante la inacción de Mariano Rajoy creó el movimiento Libres e Iguales contra el independentismo catalán.

Sus críticas llegan, además, justo después de que el expresidente del Gobierno José María Aznar diera un toque de atención por los malos resultados en Cataluña.