Esperanza Aguirre ha acudido esta mañana al plató de Al Rojo Vivo para aclarar su oferta a Antonio Miguel Carmona de que apoyase una eventual candidatura de Begoña Villacís a la alcaldía de Madrid en detrimento de Manuela Carmena. El socialista la había respondido con ironía asegurando que sólo la veía como "taquillera del Circo del Sol" a lo que Aguirre ha contraatacado diciendo que ella sí que ve a Carmona en ese papel "circense".

Lejos de dar explicaciones sobre los graves escándalos que salpican al PP de Madrid, la lideresa ha asegurado que no confiaba "políticamente" en Francisco Granados, encarcelado por la trama Púnica. Se refieres así al hombre a quien ella misma mantuvo durante años como su lugarteniente en el partido, además de auparle en su Gobierno.



Ya al final de la entrevista ha protagonizado un ridículo rifirrafe con la presentadora Cristina Pardo sobre el "dedo divino" de Rajoy. Cuando la periodista le preguntó si seguía viendo como un "estigma" el "dedo divino" de Rajoy, ha reaccionado negando la mayor, apuntando a que ella, jamás ha criticado al líder del PP. "Yo he practicado el dedo divino", ha reconocido en referencia a su papel en las listas del PP madrileño, para descartar cualquier tipo de controversia con el líder de su partido. Cuando Pardo le ha recriminado que en otra entrevista le había respondido que las listas de Madrid las hacía el comité, ella se ha refugiado en un claro, es el comité, que yo presido. Y ha concluido aclarando que cuando habló de "estigma" era solo en relación a Andalucía, o lo que es lo mismo, el dedo divino funciona siempre pero sólo te estigmatiza si eres designado por Rajoy y pierdes las elecciones, tal y como le ocurrió a Moreno Bonilla. "Nunca he puesto a Mariano Rajoy a caer de un burro", ha sentenciado.

"Telemadrid es plural"
También ha resultado surrealista su asombro cuando Pardo le ha preguntado por los planes de Cristina Cifuentes de "despolitizar" Telemadrid. "Solo ordené que se suprimiera la telebasura y que la oferta fuera plural", ha aclarado, subrayando que todo el que quería hablar, salía en la cadena autonómica: "En los informativos salían líderes políticos de distinta índole. Era una televisión plural". Unas afirmaciones que contrastan seriamente con la visión de los trabajadores de la cadena pública, que la culpan de destruirla.