El alcalde del Partido Popular de Guadalajara, Antonio Román, mostraba a principios de año su satisfacción porque con la nueva reorganización del transporte urbano de la capital alcarreña “damos respuesta al 90 por ciento de las sugerencias planteadas por los ciudadanos”, dijo el regidor para justificar los grandes cambios, al mismo tiempo que esperaba la receptividad de los usuarios, “ya que el servicio es ahora más moderno, rápido, eficaz y respetuoso con el medio ambiente”, sentenció. Sin embargo, alguien del barrio Los Manantiales le ha tomado el pelo al alcalde, y de qué forma, ya que la redistribución de la línea 5 deja mucho que desear a tenor del número de pasajeros que hacen uso de la misma, sobre todo los usuarios de la parada del inicio de la calle Francisco Aritio, para ser más exactos, la situada frente a la Asociación Provincial de Agricultores y Ganaderos (APAG), donde, hoy por hoy, ni sube ni baja ningún pasajero. De establecer un símil cinematográfico vendría a ser El viaje a ninguna parte, título de la obra magistral interpretada, dirigida y escrita por Fernando Fernán Gómez en 1986, con un elenco de actores que forman parte de la historia del cine español (José Sacristán, Juan Diego, Agustín González, María Luisa Ponte, Miguel Rellán…)

“Una parada inútil”
El caso es que, siempre según denuncia el PSOE, La parada de autobús situada frente a la APAG, al inicio de la calle Francisco Aritio, no tuvo ni un solo usuario entre el 1 de abril y el 30 de junio de 2015. Mantener dicha parada, que no fue eliminada en la pequeña modificación del servicio de autobuses que Román hizo antes de las pasadas elecciones, obliga a los vehículos de la línea 5 a salir a la autovía A-2 desde el polígono de El Balconcillo y recorrer 2,1 kilómetros hasta la siguiente parada en el barrio de Los Manantiales. En este sentido, el Grupo Socialista en el Ayuntamiento de Guadalajara propondrá a la Comisión de Control y Seguimiento del Transporte Urbano la supresión de “esta  parada  inútil” y un cambio de recorrido de la línea 5, “siguiendo un trazado que tenga paradas útiles para los usuarios y que llegue igualmente a Los Manantiales sin aumentar el kilometraje ni retrasar la frecuencia de las expediciones”, subraya Víctor Cabeza, concejal socialista.

Parada fantasma 78 de laLínea 5, frente a APAG



El Ayuntamiento paga 3,5 euros/kilómetro
Los motivos del Grupo Socialista para plantear esa modificación de la línea 5 no son otros que alcanzar “una mejora del servicio a la ciudadanía y acabar con el despilfarro de casi 12.000 euros mensuales, que pagan todos los vecinos por mantener un recorrido que nadie necesita en esta ciudad”. Y es que hay que recordar que el  servicio de autobuses de Guadalajara, desde el cambio impuesto por Antonio Román en abril de 2013, tiene un coste para el Ayuntamiento de 3,4994 euros por kilómetro. Los 2,1  kilómetros de distancia que recorren los autobuses de la línea 5 entre la parada 77 (polígono de El Balconcillo) y la 79 (Los Manantiales) por mantener la parada 78 que nadie utiliza, tiene por lo tanto un coste de 7,35 euros por expedición. Si tenemos en cuenta que entre 1 de abril y el 30 de junio de 2015 ha habido un total de 4.896 expediciones de autobuses en la línea 5 (4.026 en 61 días laborables, a razón de 66 diarias, y 870 en 30 sábados, domingos y festivos, a razón de 29 expediciones cada jornada), el coste a pagar por el Ayuntamiento a la empresa concesionaria por el recorrido al que obliga esa parada que nadie utiliza asciende a 35.979 euros al trimestre; es decir, 11.993 euros al mes.

El equivalente diario a una ayuda mensual PREPARA
En este sentido, el edil socialista lo tiene claro: “Estamos hablando de una parada que cuesta casi 400 euros al día (el equivalente diario a la ayuda mensual para los parados de larga duración PREPARA) y que nadie utiliza, lo que es una demostración más del desastre de modelo de autobuses que Román impuso y que, además de empeorar el servicio, ha encarecido el coste que pagan todos los vecinos de Guadalajara, sean o no usuarios del transporte urbano”. Los socialistas quieren que no aumente el kilometraje de la línea y que la parada se sustituya por otras que sí tenga viajeros, “de forma que se justifique su coste por dar un servicio que sí demandan los usuarios, quienes además ayudarán con sus billetes a pagar parte de la factura”, concluye Cabeza.

¿Quién vive cerca de la parada fantasma 78?
Estos datos, conocidos por el equipo del gobierno municipal del PP, que durante meses viene luchando contra el descenso de viajeros, fomentan la especulación y nos hace preguntarnos ¿por qué el alcalde mantiene durante meses una parada que nadie utiliza y que cuesta a las arcas municipales 12.000 euros todos los meses? ¿Quién vive cerca de esta marquesina? Porque el medio centenar de trabajadores de la Asociación Provincial de Agricultores y Ganaderos de Guadalajara no utilizan la parada fantasma número 78, y eso que con sólo cruzar la calle podrían acceder al autobús. No cabe duda, es un tema que el programa “Milenio 3” de Iker Jiménez debería investigar.