Pablo Iglesias es entrevistado en TVE. Imagen: RTVE



“Con sus normas para las falsas primarias de Podemos, Pablo Iglesias ha superado en nivel de autocracia alcanzado por Rajoy en el PP para la designación de los candidatos”. Este es el duro mensaje que este sábado, el historiador y columnista Antonio Elorza lanza desde el diario El País. Un mensaje que cobra aún más relevancia si se tiene en cuenta que Elorza e Iglesias son viejos conocidos. Ambos, han desarrollado su actividad académica en la facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid.

Diferencias publicas
Sin embargo, hace mucho que sus diferencias políticas trascendieron el ámbito universitario. Tanto es así que Elorza ha llegado a asegurar que a Iglesias le repugna la democracia como procedimiento, aunque no pare de invocarla. Ahora, el catedrático de Ciencias Políticas vuelve a arremeter contra el líder de Podemos a raíz de las dudas que están surgiendo sobre el modelo de primarias propuesto por Iglesias.

Contra las primarias de Podemos
En un artículo titulado “Leninismo amable”, Elorza lamenta que las candidaturas en las primarias de Podemos sean designadas desde el centro y con una circunscripción única para toda España.

Leninismo amable
“No es nada nuevo en la historia de los partidos montados sobre movimientos de masas, donde la intervención de estas ha tendido con demasiada frecuencia a limitarse a un seguimiento estricto de las consignas, a las movilizaciones y a la participación subalterna. Es la fórmula de todos participan, pero decide uno. Pero entre estos antecedentes se cuentan sobre todo variantes de caudillismo. Aquí y ahora el de Iglesias sobre Podemos, y como intención personal, sobre toda España, no ofrece la menor duda”, escribe Elorza.

“Centralismo cibercrático”
En opinión del ensayista, “es una consecuencia lógica, aplicada a las elecciones generales, del tipo de organización que Iglesias impuso, para ese asalto a los cielos que glosa Torreblanca, en la conferencia fundacional de su grupo”. En este contexto, subraya: Lo califiqué entonces de “centralismo cibercrático”, en la medida que la red y, en particular, el sistema de comunicación interno, garantizaba la ilusión de intervenir cuando solo cabía obedecer al jefe. Incluso con más intensidad que en el modelo leninista, porque allí al menos formalmente los órganos superiores eran elegidos por los inferiores en el congreso. Aquí la configuración es piramidal. Ahora con más fuerza”.