Imagen del futbolista blanco Cristiano Ronaldo con un amigo mientras le agarraba por la cintura en Saint Tropez. Captura: La Sexta



Unas fotografías de Cristiano Ronaldo bailando en un yate con un grupo de amigos ha reabierto el debate sobre la homosexualidad en el fútbol. Y es que la imagen del futbolista blanco con un amigo mientras le agarraba por la cintura en Saint Tropez ha vuelto a llenar de comentarios homofobos las redes sociales; evidenciándose una vez más el machismo que impera en el deporte rey.

El proceso
Viendo la repercusión de dichas imágenes, se antoja complicado que un jugador de fútbol puede reconocer públicamente que es homosexual. Poco o nada se ha avanzado desde 2009, cuando el por aquel entonces entrenador del Valencia, Unai Emery, afirmó: "Todo tiene un proceso. El mundo gay se está abriendo y todavía queda por abrir. El mundo del fútbol es complicado para abrir. Seguro que hay gays en este mundo, pero hay que superar alguna que otra barrera. Creo que queda mucho recorrido para que este mundo se abra".

Ronaldo pide respeto
De momento, el delantero portugués del Real Madrid Cristiano Ronaldo se ha limitado a criticar que la prensa se entrometa en su vida personal, al tiempo que ha pedido que le dejen tranquilo. “Nunca hablo de mi vida privada, pero quiero aprovechar esta oportunidad para decir que en las últimas semanas la prensa ha intentado hablar mal de mí. Que tengo una nueva novia cada día, que hago esto, que hago aquello... ¡Dejadme tranquilo!”, ha suplicado el nueve blanco.

El gen gay
Pero el debate no es si Cristiano Ronaldo es o no gay; sino si en caso de serlo, podría disfrutar libremente de su sexualidad sin armarios de por medio. A este respecto, el colaborador de Buenafuente e icono gay Bob Pop analizaba con humor esta posibilidad: “¡Todo el mundo sabe que no existen futbolistas gays! (…) Es por genética. El césped del campo te inhibe el gen gay”.

¿Sólo cinco gays?
Y es que el fútbol sigue encerrado en el armario. En los últimos cinco años solo cinco jugadores profesionales han hecho pública su condición sexual en un mundo repleto de vejaciones, amenazas y vidas paralelas. El más conocido de todos ha sido el exinternacional alemán, Thomas Hitzlperger, quien reconoció su homosexualidad tras retirarse, ya que nunca se atrevió a comentarlo en público en activo por miedo a ser reprobado.

Las aficiones
Algo que guarda estrecha relación con la presión que sufren los futbolistas del entorno y sobretodo, de los clubes y aficiones. La reconocida psicóloga deportiva, Patricia Ramírez, lo explicaba con claridad en declaraciones al diario Sport: . “En el fútbol español estamos más preparados para aceptar la homosexualidad dentro del vestuario que en público. La presión siempre llega por fuera. La burla a la que pueden ser sometidos en campos rivales o en el propio pesa mucho. Todos los futbolistas tienen amigos homosexuales y hay mucho respeto. El problema llegaría cuando esto se explica abiertamente. Si en España no somos capaces ni de respetar a los árbitros, como se va a respetar a los homosexuales en el fútbol. Aquí a un jugador que no corre, el público le llama ‘nenaza’ y otras cosas por el estilo. La crítica, el insulto, la no aceptación puede afectar al rendimiento de un deportista de elite y, quizás, algunos prefieran mantenerlo en el anonimato”.

Honrosas excepciones
Pese a ello, en los últimos años se han producido pequeños avances en el fútbol español. Uno de los más significativos se produjo el pasado mes de febrero, cuando toda la plantilla del Rayo Vallecano y los jugadores Saúl y Raúl Jiménez, del Atlético de Madrid, se atrevieron a lucir la bandera gay en los cordones de sus zapatillas. Una iniciativa que fue promovida por la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB) y que exceptuando las honrosas excepciones anteriormente citadas, fue ignorada por los grandes clubes deportivos de este país.

El jugador del Madrid que nunca pudo salir del armario
Comportamiento tristemente habitual en las directivas de los equipos españoles. Como prueba, basta con recordad la censura a la que se vio sometida la revista Zero (famosa hasta su cierre en 2009 por sacar del armario a todo tipo de personajes de la sociedad civil) cuando pretendía publicar una portada con un jugador del Real Madrid que declararía ser gay. “Tengo guardada una carta que nos enviaron. Da bastante risa. Pero te puedo decir que, en un momento determinado, la mayoría de los clubes de fútbol importantes nos presionaron ante la posibilidad de que sacáramos a un jugador suyo. Los jefes de prensa trabajaron mucho. Y lo hacían por escrito: sugerían, advertían, amenazaban…”, relata Miguel Ángel López, exdirector de la revista.