Ningún obispo español asiste a la beatificación de monseñor Óscar Arnulfo Romero y tampoco se ha anunciado la asistencia de algún miembro del Gobierno a la ceremonia, que se celebra este sábado en San Salvador, después de 35 años del asesinato del sacerdote salvadoreño a manos de los escuadrones de la muerte.

Presiones de Rouco
Por parte de la curia española sólo ha viajado el secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal, José María Gil Tamayo. Según adelantó Periodista Digital, la mano del cardenal Rouco Varela está detrás de la clamorosa ausencia.

Una "beatificación política"
El antiguo arzobispo de Madrid lleva mal lo de no estar en la primera línea y, por lo que se ve, sigue teniendo poder dentro de la Iglesia española. Rouco ha llamado personalmente por teléfono a varios obispos para convencerles de no viajar porque, en su opinión, el reconocimiento a monseñor Romero es “una beatificación política”.

Malestar del Vaticano
La decisión de los prelados españoles de no acudir a San Salvador ha dejado boquiabierto al nuncio en España, Renzo Fratini, según la citada publicación. Fratini habría llamado al presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez, para expresarle su desacuerdo con una decisión que demuestra que la jerarquía católica española no marcha al mismo paso que el Papa Francisco.

La alianza de Rouco con los católicos más reaccionarios
De Rouco era de esperar, bajo el manto protector, primero, de Juan Pablo II y, después, de Benedicto XVI, se unió a los ultracatólicos del Opus Dei, los Legionarios de Cristo, los Kikos o Comunión y Liberación para hacer una guerra política abierta contra todo lo que oliera a progresía, especialmente las leyes de igualdad social aprobadas por el Gobierno de Zapatero, con la complicidad del Partido Popular. El cardenal fue uno de los que más resistencia hizo a la apertura que se anunciaba con la llegada de Francisco al Vaticano.