Hace ya unos cuantos años, en concreto la primera data de 1869, nació la aspiradora, artilugio considerado como uno de los grandes inventos tecnológicos de la historia. Es verdad que la aparición de aquel aparato poco o nada tenía que ver con los actuales. La fabricó la Compañía Americana limpiadora de alfombras y no tuvo demasiado éxito debido, sobre todo, a su cuestionable eficacia.

A nosotros la que nos interesa es la manual, la portátil. Con esa característica surgió a principios del sigo XX una máquina transportable para poder llevarla de un sitio para otro. No obstante, quien la utilizaba debía estar más que en forma puesto que su peso superaba los 40 kilogramos, de ahí su fiasco comercial.

Problema de salud y solución
Un par de años después, James Murray Spangler llegó a la conclusión de que la enfermedad respiratoria que padecía se agravaba con el polvo que levantaba en las labores de limpieza a las que se dedicaba. La solución que buscó y encontró fue sencilla pero crucial para el futuro desarrollo de la aspiradora: una caja atada a un motor y un palo de escoba. El 'invento' lo completó con una alfombra en forma de bolsa que era el lugar al que iba a parar el polvo. Se puede decir que esta es la primera aspiradora propiamente dicha.

Patentó su creación e, incluso, llegó a fabricar algún aparato más. Sin embargo, al final llegó a manos de William H. Hoover (pariente de Murray), que se percató del 'potencial' y se puso manos a la obra para crear una empresa que se dedicara en exclusiva a su fabricación y comercialización.

Cada vez más pequeñas
Una de las características en las que más han insistido las compañías del sector (en la actualidad hay más de 100 en todo el mundo que mueven alrededor de 7.000 millones de dólares al año) ha sido el tamaño. Cuanto más pequeña es la aspiradora, mayor atracción tenía en los usuarios, por lo menos en las décadas de los 70 y 80.

Con el paso del tiempo, otros factores como la potencia, el ruido y el consumo también han ido ganando terreno, además del precio, que de situarse en niveles solo para privilegiados, ha llegado a otros más reales que han contribuido a su presencia en la mayoría de hogares. Por cierto, recomendamos este anuncio de televisión en el que se juega con El Exorcista y...

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Sin bolsa
Ahora mismo, entre las empresas más importantes del sector se encuentran Hoover (todavía sigue) y Dyson, una de las más conocidas en estos tiempos que corren ¿Por qué? Fundamentalmente porque su propietario, James Dyson, es el inventor de la aspiradora sin bolsa. A esta conclusión llegó tras varios atascos en su máquina debido a la bolsa que utilizaba.

En 1993 creó su compañía y desde entonces ha vendido más de 45 millones de unidades en todo el mundo.

Igualdad
Tal vez algunos todavía se resisten a dar paso hacia la igualdad entre hombres y mujeres. Quizás hay quien no se 'ha dignado' a tomar el mando de la aspiradora para echar una mano en casa. Esos representantes de la masculinidad más rancia probablemente no tengan solución. Otros, durante años utilizaron el argumento de 'no saber barrer' para escaquearse de las tareas del hogar.

La aparición del invento que hoy nos ocupa ha contribuido a dejar sin excusas a esos machistas por la vertiente vaga bajo el argumento de la excusa porque ¿Quién no sabe pasar la aspiradora? Usted lector masculino seguro que sabe hacerlo pero, de todas maneras, hágase esta pregunta ¿Cuándo fue la última vez lo hizo? Y no vale aquello de las aspiradoras robot (uno de los avances más exitosos de los últimos años) que se encargan sin necesidad de cable y manejo humano de esta tarea porque no alcanzan todos los rincones de la casa. Así que ¡a pasar la aspiradora se ha dicho!