Francisco Álvarez Cascos, líder y fundador de Foro Asturias, ha anunciado a su partido que renuncia a presentarse a las elecciones autonómicas como candidato a presidir el principado. Cascos comunicó su decisión de no encabezar la lista a los miembros de la comisión directiva de su partido, a quienes argumentó que es necesario dar paso a gente más joven, según informa Europa Press.

Congreso del partido en marzo
Foro Asturias celebrará un congreso regional el próximo 14 de marzo y la idea de Cascos es elegir al nuevo candidato dentro de un proceso de primarias. Pero además el ex dirigente del PP ha planteado que el cabeza de lista sea también el nuevo dirigente del partido, que ganó las elecciones autonómicas de 2011 pero que fue Presidente menos de un año, entre julio de 2011 y mayo de 2012, porque decidió convocar elecciones anticipadas que ganó el socialista Javier Fernández.

El ocaso del tridente de Aznar
Francisco Álvarez Cascos fue el todo poderoso secretario general del PP en la época gloriosa de Aznar. El ex presidente del Gobierno junto a Rodrigo Rato y el propio Cascos formaban el tridente todopoderoso y temido. Nunca una dirección del PP tuvo tanto poder y fue tan temida. Aznar salió mal de la Moncloa, llevando a su partido de una mayoría absoluta a una derrota. Rodrigo Rato ha acabado en los tribunales y personifica la imagen del corrupto en España y Cascos, aislado en Asturias con un proyecto político personal que mengua día a día. Sobre Cascos planea además toda la red corrupta establecida en el PP de cobro de comisiones y pago de sobresueldos. Él mismo reconoció que había cobrado sobresueldos pero aseguró que siempre los declaró a Hacienda.

Un partido como venganza
Proclamado Rajoy presidente nacional del PP, el 'rotweiler' del PP decidió retirarse a Asturias y pidió ser cabeza de cartel de los populares a las autonómicas. Rajoy lo vetó y él reaccionó airadamente creando su propio partido y escindiendo al PP asturiano. El PP se quedó sin el gobierno asturiano pero Cascos no tuvo mayoría absoluta. El PP le negó el apoyo para los presupuestos y, en una jugada temeraria, adelantó las elecciones autonómicas y las perdió.