Varias personas ante un stand de jamones en el mercado central. EFE/Archivo Varias personas ante un stand de jamones en el mercado central. EFE/Archivo



El índice de precios de consumo (IPC) acumula ya un semestre en negativo, después de que en diciembre haya vuelto a bajar en tasa anual, el 1,1 %, según el indicador adelantado publicado este martes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Tras esta significativa caída están el abaratamiento del petróleo en los mercados internacionales, pero, también, la debilidad del consumo en diciembre, un mes en el que debería ocurrir justo lo contrario. Con estos seis meses de descenso continuado reconocido por el INE, España está técnicamente en deflación. Una realidad que contradice los cantos de sirena del Gobierno y el mensaje de Rajoy de que la “crisis ya es historia” y de que estamos en "la recuperación".

Deflación igual a depresión económica
La deflación, es decir, la caída de los precios, se corresponde casi siempre con una fase de depresión económica, con bajada de salarios, de ventas y márgenes de beneficios empresariales, en la que los consumidores se resisten a comprar generalmente por su apretada situación económica y a las empresas no les queda otra que bajar los precios, si quieren vender algo.

La mayor caída desde 2009
De confirmarse este dato el próximo 15 de enero, el descenso de los precios registrado en diciembre sería el mayor desde julio de 2009 (cuando cayó el 1,4 %) y supondría un empeoramiento de siete décimas respecto a noviembre.

La caída interanual de los precios se ha agudizado respecto a la registrada desde el pasado mes julio (0,3 %), que ha continuado en agosto (0,5 %), septiembre (0,2 %), octubre (0,1 %) y noviembre (0,4 %), según datos del INE recogidos por EFE.

Seis décimas respecto a noviembre
En tasa mensual, los precios cayeron el 0,6 % respecto a noviembre, algo que contrasta con el comportamiento registrado en ese mes durante los últimos cinco años, cuando se mantuvieron siempre en positivo.

El secretario de Estado de Economía, Íñigo Fernández de Mesa, durante la rueda de prensa que ha ofrecido para analizar los datos del índice de precios de consumo (IPC) que ha publicado hoy el Instituto Nacional de Estadística (INE). EFE El secretario de Estado de Economía, Íñigo Fernández de Mesa, durante la rueda de prensa que ha ofrecido a mediados de diciembre para analizar los datos del índice de precios de consumo (IPC). EFE



El secretario de Estado preparó el terreno... a su manera
A mediados de diciembre, el secretario de Estado de Economía, Íñigo Fernández de Mesa, ya preparó para este panorama al advertir que se esperaba que “el dato de IPC de final de año tenga una tasa negativa”, situación que “posiblemente se extienda también a los primeros meses de 2015″.

Vende las ventajas de la deflación
Claro que el secretario de Estado se cuidó mucho de aguar la ‘fiesta’ al Gobierno, del que forma parte, y aseguró que “la moderación de precios va a generar un impacto positivo desde el punto de vista de la renta disponible de las familias”, o sea, que vino a decir algo así como que la deflación es buena. Fernández de Mesa achacó el IPC negativo sólo a la “evolución de los precios de los productos energéticos”.

El número dos del Ministerio de Economía añadió que “teniendo en cuenta que la energía es un factor productivo fundamental para la economía española, esta reducción del IPC va a tener un impacto positivo desde el punto de vista de la mejora de la competitividad”.

Rajoy afirmó que la crisis es “historia”
El mensaje dulcificado y poco realista del secretario de Estado iba en la misma línea del pronunciado por el presidente del Gobierno, recientemente, en un encuentro empresarial en el que hizo balance de sus casi tres años en el poder.



Según Rajoy, la recuperación “se vive en los mostradores de los pequeños negocios, en los pedidos de los proveedores, en las barras de las cafeterías, en las mesas de los restaurantes, en las nóminas de muchos españoles y en el interior de sus hogares”. No tardó, sin embargo, dada la polémica provocada por sus palabras, en matizarlas, al admitir que estas serán “unas Navidades muy tristes para muchos españoles". Ha mantenido que serán “las primeras de la recuperación”, aunque España esté ya en deflación. Claro, que de esto, ni mu.