Conocido por su carácter despiadado y vehemente, Adolf Hitler disfrutaba de toda la parafernalia navideña. Aunque eso así, tras su ascenso al poder, los adornos, la comida y hasta los villancicos fueron cambiado paulatinamente en torno a su ideología. Su objetivo era que toda la vida estuviera basada en los parámetros nacionalistas germanos. Obviamente, la Navidad no era una excepción.

Cambios en la decoración

Y es que con su llegada al poder, los tradicionales ángeles o bolitas de colores que inundan las casas durante estas fechas, fueron reemplazados paulatinamente por esvásticas doradas. Un proceso que, gracias a su derrota en la Segunda Guerra Mundial, consiguió ser revertido.

Si Hitler hubiera ganado la guerra…

Pero si tal y como recuerda Rosalía Sánchez, enviada especial en Berlín de El Mundo, Hitler hubiera ganado la guerra, la navidades hubieran sido radicalmente distintas a como las conocemos hoy en día.

Cruz gamada en lugar de estrella

Los nazis tenían sus propios planes para esas fiestas, según demuestra una guía de 20 páginas hallada en Dresde que nunca llegó a hacerse pública. En ella se aconsejaba a las familias alemanas coronar el árbol con una cruz gamada, en lugar de la estrella, y se aportaban referencias para demostrar que los Reyes Magos eran nazis, y la Virgen María, la madre de la nación alemana”, explica Sánchez.

“El verdadero Mesías”

La guía aconsejaba además cantar villancicos en honor a los líderes alemanes, representar al Arcángel Gabriel como una diosa aria y colocar esvásticas de oro en las paredes como elemento decorativo. “Hitler, en el centro de las representaciones teatrales, era propuesto como el verdadero Mesías y salvador de los alemanes”.