El número dos de Rita Barberá en el Ayuntamiento de Valencia, Alfonso Grau, no podrá escapar al banquillo tras los escritos de acusación presentados por el PSPV y el sindicato Manos Limpias. El vicealcalde, como presidente de la Fundación Turismo Valencia podría enfrentar penas de 11 años de cárcel y 20 de inhabilitación por  posibles delitos de prevaricación, tráfico de influencias, malversación de caudales públicos y fraude a la administración. Él ha negado su responsabilidad, por las malas y por las buenas.

La chulería de un político contra las cuerdas
En una rueda de prensa, el pasado 10 de noviembre, Grau descartó su dimisión porque, según dijo, la única acusación que había contra él era la de los socialistas valencianos, a pesar de que la Audiencia de Palma había acordado imputarle.

Grau exhibió modales impropios de un político en su comparecencia cuando con total chulería dijo que daba la rueda de prensa porque “me da la gana”. Y añadió a un periodista que le había preguntado: “¿Es suficiente respuesta o se la tengo que clarificar?”. Unos días después, en declaraciones a El Intermedio, se disculpó por su actitud.



La Audiencia, en sintonía con las acusaciones populares
En el escrito presentado por los socialistas reclaman para Grau 11 años de cárcel y 30 de inhabilitación para cargo público, según ha explicado al diario Levante el portavoz del PSPV Joan Calabuig.

El fiscal Anticorrupción Pedro Horrach también presentó ayer su escrito de acusación en el caso Nóos, pero no contempla que Alfonso Grau cometiera ningún delito, al considerar que la fundación Turismo Valencia es privada, y por lo tanto no habría perjuicio para las arcas públicas.

La Audiencia de Palma, sin embargo, sí imputó a Alfonso Grau y tras las acusaciones del PSPV y Manos Limpias el político tendrá que acudir al juicio.