Llevamos décadas [bueno, tal vez solo un par de ellas] escuchando que Internet y la tecnología son el paraíso de las oportunidades. Pero, ¿es verdad? Pues en realidad no lo parece mucho. Y, si no nos crees, empieza por echar un vistazo a esto:

Equipo Directivo de Google

Tú también te has dado cuenta, ¿a que sí? Ni una sola mujer en la cúpula de la compañía de Mountain View. Hay que ir hasta el siguiente nivel para encontrarse con tres mujeres en puestos de Senior Vice-President. De un total de quince. Es decir, un 20%.

En Facebook no andan mucho mejor. Mira:

Equipo Directivo de Facebook

Una mujer entre cinco. Qué casualidad, otra vez el 20%. Suena a que algún consultor ha hecho bien su trabajo. Pero se le ha pasado un pequeño detalle. ¿No te has percatado? Míralo otra vez. Todos tienen una imagen absolutamente WASP [White, Anglo-Saxon, Protestant – Blanco, Anglosajón y Protestante]. Ni la más mínima diversidad.

Por cierto, cuando nos vamos al Consejo de Administración, aparecen dos mujeres de un total de nueve personas. Otra vez el 20%. Sí, faltaría una persona, pero está claro que no han querido arriesgarse a dejar a una sola representante femenina entre ocho hombres. Sería un riesgo reputacional demasiado elevado.

Aunque eso no parece asustar a los campeones del machismo tecnológico. Los responsables de Twitter [Equipo Directivo de Twitter] no parecen confiar mucho en las capacidades de las mujeres, porque solo han encontrado una directiva capaz de cubrir uno de los trece puestos del máximo nivel de su compañía.

Por si todo esto te parece poco, sólo dos de estas ejecutivas tienen una función realmente específica del sector. Sheryl Sandberg es la Directora de Operaciones de Facebook, lo que implica su reconocimiento como experta en el mundo de las tecnologías. Por su parte, Susan Wojcicki es la primera ejecutiva de YouTube. Sin embargo, sus demás compañeras son responsables de áreas como comunicación, marketing y legal. Es decir, mañana podrían estar haciendo exactamente lo mismo en cualquier otro negocio.

En resumen, un panorama desalentador. Un negocio dominado por hombres de mediana edad, blancos y a ser posible de ojos azules. Parece que los avances tecnológicos se quedan solo en eso. En lo demás, seguimos en la época de las cavernas.