Rosa Díez está demostrando que le importan muy poco las denuncias de autoritarismo contra ella y sigue usando el rodillo contra los críticos, el último Enrique Calvet Chambón, que fue número cinco de la lista para las europeas de mayo, próximo a Sosa Wagner y que ha sido destituido como miembro de la Oficina de Buenas Prácticas del partido. La líder de UPyD tiene la casa patas arriba y así se sentará, este martes, a hablar con Albert Rivera, de Ciutadans, sobre posibles alianzas.

La polémica provocada por Sosa Wagner
UPyD y Ciutadans se sentarán finalmente después de la polémica creada por el eurodiputado Francisco Sosa Wagner, quien en un artículo periodístico reclamara que los dos partidos buscaran un pacto de cara a las próximas elecciones municipales y autonómicas. Tras la desautorización de Rosa Díez a Wagner y las críticas desde su bando al eurodiputado, la formación celebró finalmente un Consejo Político extraordinario a principios de mes que aprobó una serie de criterios para pactar con cualquier otra fuerza política.

La destitución
Ahora el Consejo de Dirección de UPyD, cuya portavoz es Rosa Díez, ha comunicado a Enrique Calvet Chambón la decisión de sustituirle como miembro de la Oficina de Buenas Prácticas Públicas del partido, alegando que opta para el puesto por “una persona licenciada en economía, tal y como establece el art. 33.4 de los estatutos", Lucas María Calvo, número 48 en la lista de UPyD a las pasadas elecciones europeas del pasado.

Su postura crítica
Calvet está a la cabeza de una iniciativa para convocar un congreso extraordinario urgente, para la que se está consultando a los militantes de toda España, con la que se pretende revertir la actual situación del partido, que consideran de “autocomplacencia” ante unos resultados electorales que prevén malos, atendiendo a las encuestas.

En declaraciones a La Gaceta.es, ha dicho que precisamente el hecho de liderar esta iniciativa ha sido la causa de su destitución, que "probablemente haya instado Rosa Díez". "Ese congreso extraordinario -explica Calvet- pretende instar cambios organizativos en el partido que recuperen a las 10.000 o 12.000 personas que los han abandonado, descorazonas, en estos siete años; cambios de estrategia para asimilar el 'tsunami' de la europeas; y cambios en el lanzamiento de los mensajes para que lleguen a las gente...lo que, posiblemente, suponga cambio en el equipo o en parte de él".

Democracia interna, de boquilla
Enrique Calvet, que ha advertido de que no abandonará UPyD, ha considerado su destitución “un paso atrás clamoroso en la democracia interna cacareada" por la dirección del partido.

El dirigente de UPyD ha denunciado la hipocresía detrás de órganos del partido como la Oficina de Buenas Prácticas Públicas. “Si las personas que han de juzgar actitudes y actuaciones son sustituibles de un plumazo por quienes podrían ser encausados, ¿para qué sirve el órgano? Para engañar. Yo creía que tras el nombramiento por el Consejo Político, los tres miembros de la Oficina de Buenas Prácticas Públicas éramos inamovibles, salvo grave acto doloso o delincuente, demostrado tras un proceso", ha dicho Calvet.

Un liderazgo en cuestión durante años
El liderazgo de Rosa Díez ha sido cuestionado por muchos dirigentes que han ido abandonado la formación durante años decepcionados con lo que consideran “el fraude” de una dirigente “narcisista” y “autoritaria”. En mayo pasado,  el exalcalde de Alcobendas José Caballero denunció que el partido no es “ni unión, ni progreso ni democracia”, y no hace nada de lo que promulga. Es uno más de una larga lista. En mayo

"UPyD es un cortijo de Rosa Díez y sus amiguetes"
En marzo de este año, el profesor titular de Lingüística de Filología Francesa y Románica de la Universidad Autónoma de Barcelona y doctor en Didactología Manuel Cabezas González, expulsado de la organización por sus artículos críticos, dio claves suficientes para comprender cómo funciona UPyD: “Es un cortijo que Rosa Díez explota con sus amiguetes en Madrid”, afirmó.

Dimisiones en bloque
Unos meses antes, en diciembre de 2013, la dirección en Galicia dimitió en bloque por el trato recibido por Rosa Díez. En 2010, unos 150 exmilitantes de UPyD suscribieron un comunicado en el que denunciaron el “fraude” del partido de Rosa Díez, convertido en un instrumento exclusivo a su servicio. Un año antes, una parte importante del partido plantó cara a Rosa Díez al anunciar en octubre de aquel año que presentarían una candidatura alternativa en el congreso del partido. Como se ha seguido repitiendo después, demandaban “mayor democracia interna” y “capacidad organizativa”.Venían de un verano caliente después de que la dirección del partido suspendiera a 14 militantes que expresaron su descontento con su gestión, y de que uno de los fundadores de UPyD, Mikel Buesa, se diera de baja tras denunciar las formas “autoritarias” de Rosa Díez.