El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (d), conversa con el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón (i), en una sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados. EFE



La reforma de la ley del aborto amenaza con provocar una crisis de Gobierno. En la cúpula del PP, incluido el propio Rajoy, hay preocupación por cuál será la reacción del ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, cuando se le comunique, como se prevé, que el proyecto quedará guardado en el cajón dado el rechazo mayoritario de la ciudadanía, la oposición e, incluso, de una parte de dirigentes populares.

La principal preocupación de Rajoy
Como informó ELPLURAL.COM, Gallardón se habría plantado y advertido de que o el Consejo de Ministros aprueba ‘su ley del aborto’ antes de que acabe septiembre, o se va.

Este sábado, el diario El Mundo cita a dirigentes del PP que aseguran que “la principal preocupación” de Mariano Rajoy a la hora de desistir de un proyecto que ha impulsado junto con Gallardón es la reacción que podrá tener el ministro de Justicia, que se sentirá desautorizado, si su ley no es enviada al Parlamento.

Cargos populares dicen que la reforma no llegará al Parlamento
En julio, al ser preguntado por los medios por su reforma, apartada convenientemente en las pasadas elecciones europeas, Gallardón respondió que se aprobará “antes de que termine el verano”. Sin embargo, fuentes del Gobierno y del PP aseguran que Moncloa ha optado por aparcar definitivamente el proyecto y que la ley no llegará al Congreso.

La guerra con Sáenz de Santamaría
Como publicó hace unos días ELPLURAL.COM, Gallardón repite a todos sus compañeros del partido que si el Consejo de Ministros no aprueba su reforma antes de que termine septiembre, se planta y se va. La posición del ministro evidencia, como se explicó en aquella información, la guerra soterrada que mantiene con la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría.

Rajoy, entre la espada y la pared
Todos los sondeos, incluidos los encargados por el gurú del PP Pedro Arriola reflejan que la ley del aborto no conviene a los intereses electorales del PP. Rajoy, que ha impulsado con Gallardón la retrógrada reforma, aunque ahora se intente desligar, está entre la espada y la pared: por un lado es consciente de que lo que conviene es guardar en el cajón el proyecto, y por otro, teme a una crisis de Gobierno, si finalmente el ministro se planta, como amenaza.