Losantos, uno de los principales impulsores mediáticos de Rosa Díez y votante confeso de la formación, ya no cree en los valores del partido magenta. La pasada primavera ya vivimos las primeras divergencias entre ambos a raíz del funeral de Adolfo Suárez por las críticas de la diputada a que se pusiera el himno nacional durante la ceremonia religiosa.

Este lunes el periodista critica con dureza la negativa de UPyD a no pactar con Ciutadans y su actitud hacia Sosa Wagner, principal impulsor del acuerdo. Insinúa que Rosa Díez ha sucumbido a la acción de "EL Poder", que  vuelve "locos, malos y tontos a tantos humanos". En su opinión, el "veto" a cualquier acuerdo con Ciutadans ha sido ideado por un "lerdo suicida":
"Que UPyD pretenda que sus pactos sólo se realizarán con un partido de ámbito nacional –como el ejemplar PSOE de Asturias, supongo, al que dio el Gobiernín– olvida que cuando empezó apenas existía en Bilbao y Madrid. Eso no le impedía ni impedía a sus votantes –entre los que me cuento– entender que era un partido nacional español porque quería serlo, quedando su mayor o menor implantación a merced de sus aciertos, de los errores ajenos y de la crisis nacional, que, de creer a Díez, era su razón de ser. Ciudadanos nació con el mismo sentido nacional, pero años antes que UPyD, hasta el punto de que Díez, todavía en el PSOE, participó en la presentación de Ciudadanos en Madrid. ¿Apoyaba a Rivera pese a no encabezar un partido nacional o precisamente porque lo era? ¿O sólo iba del brazo de Savater, cuya propuesta de pactar con C´s ahora rechaza? Y, de verdad, ¿cabe hablar de una implantación nacional de UPyD si en Cataluña, donde más comprometida está la nación, no existe, porque el voto a UPyD en las Generales va a Ciudadanos en las regionales? Todos los cambios de líder, al peor estilo sucursalista, han fracasado por esta razón. En rigor, sólo si pactan UPyD y C’ s alcanzarán ambos un ámbito realmente nacional".

A Rosa Díez no sólo le recuerda su apoyo inicial al Ciutadans que ahora rechaza, le saca todo tipo de trapos sucios y, en especial, su manera dictatorial de resolver las cuestiones en UPyD:
"Lo de la transparencia –olvidando sicav ocultas y acusaciones de corrupción de quita y pon– es casi tan grotesco como lo de la democracia interna. Ocho horas, en turnos de cuatro, pasó el soviet de Díez acusando a Sosa de mentir y dañar al partido. Medio centenar de fiscalitos se turnaron en la injuria al estilo Vichinski, aguardando Díez al final del proceso para apuntillar al reo. El reo es la democracia interna de UPyD. Si las famosas condiciones puestas por Díez a Rivera fueran ciertas, UPyD quedaría fuera de UPyD. Entonces querría entrar en Ciudadanos. Que, a lo peor, la vetaba".