Con apenas cinco meses de vida, Podemos se ha convertido en la tercera fuerza política española. Su irrupción en el escenario político ha provocado un terremoto en el sistema democrático que amenaza con hundir el bipartidismo, llevar a mínimos históricos a Izquierda Unida y desdibujar por completo a formaciones políticas como UPyD. Detrás de su éxito se encuentran tres controvertidos profesores universitarios que odiados y queridos a partes iguales, han dejado huella en la facultad en la que han impartido clase hasta ahora.  Se trata de Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero y Ariel Jerez.

La facultad
Situado en el elitista municipio madrileño de Pozuelo de Alarcón, el Campus de Somosaguas es una especie de isla completamente ajena a lo que ocurre en la capital. Allí se encuentra la facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid. A quien la visita por primera le cuesta trabajo creer que en la Comunidad de Madrid -gobernada desde hace más de veinte años por el Partido Popular y utilizada como campo de ensayo de todo tipo de políticas neoliberales-, pueda existir un espacio tan nítidamente de izquierdas.

Sus muros están repletos de pintadas reivindicativas, sus pasillos acogen a diario asambleas de estudiantes que analizan durante largas sesiones el sistema político español y la transición democrática de nuestro país. Existen “aulas okupadas” donde los alumnos intercambian sus opiniones políticas. Las fiestas también son habituales, pero como todo en esta facultad, presentan un alto grado de politización -destinando en muchas ocasiones lo recaudado de la venta de alcohol a causas solidarias en Venezuela o Palestina-.

Como en el resto de España, en la facultad está prohibido fumar. Pero se fuma. El consumo de porros también es habitual entre muchos estudiantes. La cafetería está plagada de pintadas en las que se cuestiona el sistema penitenciario o se rinde tributo a Carlos Palomino, el joven madrileño que fue asesinado en el Metro a manos de un militar de extrema derecha. Por existir, incluso hay un puesto de chucherías autogestionado por alumnos del centro que compite con la contrata encargada de ofrecer el servicio de comidas y meriendas en el centro.

Los pasillos de la facultad tras una huelga de estudiantes. Foto: www.gonzoo.com


Germen de Podemos y de muchas más cosas

A estas alturas, ya nadie duda de el germen de Podemos tuvo lugar en Somosaguas. Pero la facultad de Ciencias Políticas de Madrid ha estado en el origen de muchos más movimientos sociales y políticos que marcan la actualidad política española.

Aquí se produjeron los primeros escraches en nuestro país. El primero tuvo lugar en octubre de 2010, cuando decenas de alumnos -bajo la atenta mirada de Pablo Iglesias-, mostraron tarjetas rojas a Rosa Díez bajo la consigna  de “fuera fascistas de la Universidad". Un año más tarde, la táctica fue perfeccionada cuando un nutrido grupo de alumnos interrumpieron la clase de Moral Santín,  profesor de la facultad, dirigente de IU y exconsejero de Bankia. En ambos casos, las imágenes fueron grabadas y difundidas por la red, dando origen al cuestionado concepto de protesta.

https://www.youtube.com/watch?v=O5WDdmXu9yk#t=99

https://www.youtube.com/watch?v=j8nODoOs1A4

Muchos años antes de que los escraches ocuparan las portadas de los principales periódicos, la facultad de Ciencias Políticas estuvo en el centro de las primeras “movilizaciones en red” que tuvieron lugar en España. El 13 de marzo de 2004, y ante un Partido Popular que se empeñaba en ocultar la verdadera autoría de los terribles atentados de Atocha, muchos profesores de la facultad alentaron y secundaron la desobediencia civil en la jornada de reflexión electoral. De aquellas protestas que se difundieron por mensajes de texto bajo el mandato del “Pásalo” queda un libro escrito (13-M. Multitudes on line) en el que un grupo de docentes se “autoinculpa” de la organización y convocatoria de manifestaciones frente a las sedes del PP. Entre los firmantes figura Ariel Jerez, uno de los principales ideólogos de Podemos.

En gran parte el 15-M también guarda conexión con la Facultad de Ciencias Políticas de Madrid. El movimiento que ocupó la puerta del Sol no es más que la prolongación de las Asambleas que durante años se llevaban celebrando en Somosaguas bajo el paraguas de Contrapoder, la asociación que fundaron Pablo Iglesias e Iñigo Errejón (jefe de estrategia política y responsable de campaña) a imagen y semejanza de los centros sociales italianos. Uno de los principales inspiradores del 15-M es el profesor Juan Carlos Monedero, quien muchas veces define al movimiento que se inició en Sol como “la Universidad en Plaza”.


Los profesores y sus clases
En privado, estos profesores asumen que sin el 15-M, el éxito de Podemos no hubiera sido posible. Al igual que reconocen el papel clave que el campus de Somosaguas ha jugado en la irrupción de su partido político. Para ellos, la facultad ha sido una especie de laboratorio social, en la que bajo el método de ensayo y error han ido perfeccionando su producto político. De ahí la importancia que en todo el proceso han jugado las clases que impartían a los alumnos matriculados.

Lo hacían bajo el conocimiento, tal y como ha admitido Ariel Jérez, de que “dar la chapa durante 90 minutos no sirve de nada”. Por ello, se centran en el ensayo de nuevos formatos con elementos audiovisuales y de debate. Además, tratan continuamente de descolocar el pensamiento del alumno llevándolo en muchas ocasiones hasta el límite. En sus clases, las discusiones acaloradas sobre la represión policial, el chavismo o la transición son el pan de cada día.

Para los docentes más veteranos del centro, su menosprecio a la teoría provoca lagunas impropias en de estudiantes de Ciencias Políticas. Como ejemplo, siempre salen a la luz los exámenes que Juan Carlos Monedero planteaba a sus alumnos al tiempo que compaginaba su labor docente con el asesoramiento de Gaspar Llamazares. “Han llegado unos extraterrestres a la tierra y son omnipotentes, tienen la capacidad de mejorar el sistema político español. Explique qué deben hacer", preguntaba Monedero en un examen en el que también se debía analizar una viñeta de El Roto.

Otro elemento común de crítica hacía los tres profesores son las obras elegidas para impartir la materia. En las clases de Monedero es obligatoria la lectura de su obra El gobierno de las palabras. En las de Ariel Jerez y Pablo Iglesias un compendio de obras firmadas por intelectuales progresistas.

Por el contrario muchos defienden que en sus clases, además de reflexionar se actúa. La resolución de casos prácticos ocupa un lugar primordial en sus materias. Tampoco se casan con nadie en función de su ideología. Alumnos que cuestionan el chavismo o defienden la labor del PSOE o el PP en la democracia española acaban sacando las mejores notas de la clase.

En una facultad en la que los profesores todavía imparten la materia subidos en una tarima, los alumnos también valoran su cercanía. Como ejemplo, basta con explicar que el primer día de curso, Pablo Iglesias se sienta en el suelo, a una altura inferior a la de los alumnos que contemplan extrañados la escena desde sus pupitres. El problema en el que muchos estudiante coinciden es que desde la irrupción de Podemos, su interés hacía la docencia cada vez es menor; habiendo dado mucha más importancia a las tertulias de televisión que a las asignaturas.